En su parte final, pero aún en el tramo alto, el Guadalete se despide de la sierra antes de reunirse con el Guadalporcún en la primera Junta de los Ríos (después vendrá la otra junta, la del Guadalete-Majaceite), en un espectacular, enrevesado e inaccesible recorrido para salvar las últimas estribaciones del macizo de Gazalema. Se trata de cerros redondeados pertenecientes a las sierras Vaquera, de la Espuela, de la Nava y estribaciones de la de Líjar, todos de escasa altura comparados con los cercanos colosos del Pinar y el Endrinal e incluso del mismo Mogote. En ellas, el bravo río, ahora domado por el embalse Zahara-El Gastor, impone su autoridad para cruzarlos, arañando palmo a palmo las laderas en busca de los resquicios que éstas ofrecen, en una sucesión de tornos y meandros. Fruto de esta labor son las preciosas llanuras de inundación en la parte cóncava del meandro, y fuertes taludes en los que aún sigue excavando el río. Especial trabajo realiza en los tramos donde se encuentra calizas o margocalizas; en ellos el valle se encajona aún más y forma bellas gargantas, conocidas como angosturas. El objetivo de esta ruta es acercarnos y atravesar la primera de ellas, la más cercana al puente de la Nava (Algodonales).
· Recorrido lineal. 4 km ida y vuelta.
· Fecha de la visita: 27 de febrero de 2013.
Iniciamos el sendero en el puente de la Nava, muy cercano a Algodonales A él se llega por la A-384 y se accede con facilidad, siempre que vengamos desde Villamartín. En caso contrario, si bajamos desde Algodonales, debemos continuar y cambiar de sentido, por ejemplo en el cruce de Madrigueras.
A su lado, el colosal viaducto ha jubilado al histórico puente y salva el valle en pocos segundos, sin que apenas podamos reparar en la gran belleza e interés ecológico del lugar. El sendero discurre justo entre las enormes patas de hormigón del puente nuevo (el “puentópodo”), en cuyo tramo alto anidan numerosos aviones.
El sendero, siempre paralelo al Guadalete por su margen derecha, cruza el área recreativa de la Nava, lugar de esparcimiento para los algodonaleños. Debemos cruzar el arroyo de Romerales, que acude a unirse al Guadalete entre eucaliptos. Al no coincidir su cauce con los mapas, y a la vista de su trazado, pensamos que ha sido modificado para mejorar el entorno donde se celebra la romería de la Virgencita de la Sierra el último domingo de mayo.
Sobresaliendo desde el cauce, nos llama la atención un azud abandonado que corta perpendicularmente la corriente del río, provocando un brusco giro de la misma hacia la izquierda.
Vista desde la otra orilla. El origen de esta “zúa” podría estar relacionado con el área recreativa.
Observemos los cambios que produce, de inmediato, una “inocente construcción” que finalmente no sirvió para nada: modificaciones en el acarreo de sedimentos, división del cauce y proliferación de la vegetación.
Vimos por la zona bastante ganado, ovejas y cabras sobre todo; cultivo en las vegas cercanas a los ríos, olivares en las laderas de los cerros y muchos espárragos.
En un corto espacio cruzamos hasta cuatro arroyos, todos ellos con bastante caudal pese a su escasa longitud, como este que vemos en la imagen, conocido como del Humo; todos ellos bajan de las laderas de la sierra de Líjar.
Nuestra meta está cerca: entre los olivos aparece la primera angostura del Guadalete en el tramo que va desde el puente de la Nava a la Junta de los Ríos. La ladera izquierda pertenece a las calizas negras que bajan desde la cima del cerro del Lobo (370 m), incrustadas en las arcillas abigarradas, margas y margocalizas. La otra ladera desciende desde el cerro de los Corrales (562 m).
Para entender mejor el origen de este paso recurrimos a Google Earth. La foto nos muestra claramente las vetas calizas que cortaron en su momento la corriente del Guadalete. Veremos que son tres y la hemos numerado (1 Izquierda, 2 Izquierda…) para ayudarnos en la descripción.
Cerro del Lobo. Buen promontorio para observar el entorno. Hay un proyecto que transformaría esta cima en un mirador y nuestro recorrido en un sendero circular que cruzaría el Guadalete por una pasarela. Observemos cómo las calizas descienden hasta el cauce.
Vemos muy bien la zona (llamada La Vega) desde el mirador del cerro del Lobo. Estuvimos por allí hace poco (cordel de Morón, en la otra margen) y aprovechamos la foto para entender mejor el lugar. Vemos el primero de los grandes meandros y en su interior la clásica llanura de inundación aprovechada para cultivo o forraje y la ladera con su olivar. Hacia la mitad de La Vega iría la pasarela, en el proyecto comentado, que cruzaría el río y subiría al cordel de Morón, siendo para ello necesario delimitar las propiedades privadas, adecuar senderos y hacer un fuerte desbroce. La angostura estaría justo en el ángulo inferior derecho de la foto.
A medida que nos acercamos cobra más encanto el lugar. Desde aquí parece que es una sola veta rocosa, pero ya hemos visto desde el aire que son tres principales y alguna secundaria. El paisaje lo cierra uno de los múltiples cerros que tapizan esta zona. Más cercano, uno de los pinares de repoblación.
El sendero cruza sin dificultad el corto cañón y nos permite apreciar las grandes lajas que forman la angostura. En la imagen la 1Izq. y 2Izq.
Esta es la amplia e inclinada ladera que se forma entre las vetas 2Dcha. y 3Dcha. Unos 35 m de anchura por los que treparemos unos metros para ver mejor la estructura de los filones rocosos de enfrente.
Pero antes nos recreamos en la última laja. La intensa luz matinal descubre su hermoso lienzo pétreo coloreado de grises, amarillos y anaranjados. Dicen que la realidad imita al arte, y a nosotros esta pared nos recuerda a ratos una pintura vanguardista.
Hemos subido unos metros por la empinada ladera y ahora tenemos frente a nosotros las avanzadillas de la endeble veta 1Izq. y la curvada 2Izq. Ambas se adentran en la ladera del cerro del Lobo hasta formar su corazón.
El trío de lajas al completo en la margen izquierda.
Tanto a un lado como al otro (realmente son la misma) las más poderosas en grosor, estratos y presencia son las vetas 3Izq. y 3Dcha.
Perfectamente alineados, poco más de 20 metros separan ambos paredones, simulando el aspecto de una presa destruida por una riada. De hecho, la angostura fue uno de los lugares que se estudiaron para construir el embalse que después se llevó aguas arriba (Zahara-El Gastor).
En este mapa vemos precisamente la ubicación de la presa en uno de los proyectos. Perdimos el precioso puente de Zahara pero ganamos este bello lugar.
Entre el cercano cauce y la oscura roca caliza apenas quedan unos metros para pasar. El carril había sido barrido recientemente por la última crecida.
El efecto de lijado y lamido de las aguas, cargadas de rocas a modo de proyectiles, se observa perfectamente en la base del gran acantilado. En esta imagen cercana se aprecia el poderío de la gran laja 3Dcha.
A partir de aquí encontramos una cancela cerrada tras la cual se encuentra la finca o zona de La Vega guardada por vigorosos perros que no hacen aconsejable acercarnos a ello. Avanzar por la margen del río se hace muy complicado por la espesa vegetación de ribera. Estas circunstancias hacen que el tramo de 12 km del Guadalete, en la transición del curso alto al medio, se impracticable, permitiendo sólo acercamiento puntuales. Especial aislamiento presenta la ribera derecha entre el arroyo de los Corrales y el de la Hermanillas.
Felicitades per elmagnifico articulos +fotos in blog.
ResponderEliminarbest regard from Belgium