Llegamos en coche desde Villamartín por
Benaocaz, donde nos sorprendió este mar de nubes sobre el que “flotaba” la
sierra de la Silla.
La carretera la abandonamos en el puerto de
los Alamillos, donde tomamos el carril que más o menos coincide con la cañada
de las Diez Pilas. Hacemos una breve parada al cruzar el Gaduares o Campobuche
en las proximidades del alcornoque de las Ánimas.
Decidimos aparcar los coches en un alto antes
de llegar a los Lajares y así poder admirar este bonito macizo rodeado por los
Llanos del Republicano, del Apeo y los del Cabrizal, hacia los que nos dirigimos.
Justo al llegar al fondo del amplio carril (en
muy buen estado para los coches) torcemos a la izquierda siguiendo el arroyo de
los Álamos y en principio el cordel del Pozo de los Álamos.
En la zona hay dos pozos cercanos, ambos
denominados de los Álamos. Este es uno de ellos.
Abandonamos el cordel hacía su derecha,
siempre paralelos a la sierra, buscando estos cortados, que como en muchos
lugares llaman Los Órganos o El Órgano.
A medida que nos acercamos nos admiramos de la
brusquedad de los cambios de paisaje que se producen en esta zona, pasando del
llano al roquedo sin que medie transición alguna.
Miramos atrás porque la bonita dehesa del
Cabrizal merece quedar perpetuada por la cámara.
Entramos en una zona de transición en la que
comenzamos a ganar altura. Otra agradable sorpresa, una corraleta de piedra
seca marca la fresca dolina conocida como el Hoyo de la Matanza, con su
sumidero y macabra leyenda relacionada con la Guerra Civil.
Un camino de herradura bien marcado desemboca,
tras un pequeño collado, en los Llanos del Zurraque; vacas y quejigos centenarios
conviven junto a las cabras y alguna encina, una de ellas catalogada como árbol singular malagueño (Encina de los LLanos del Zurraque), estas más cercana a la sierra. Merece
la pena ser visitado.
Decepción al dar la vuelta al tronco del
quejigo, totalmente hueco por alguna tala, rayo o desgajo de una rama principal, que degeneró en esta enorme herida.
Su aspecto saludable de la foto anterior se convierte en decrepitud del noble
quejigo, varias veces centenario.
Cerca del cortijo del Zurraque encontramos este
otro singular ejemplar. Sus ramas habrán ofrecido juego, trepadas y columpios a
los niños del importante caserío.
Justo al acabar el llano, para no ocupar nada
del fértil suelo, cuando otra vez aparece la roca, está el cortijo, con varias
dependencias semiderruidas y un ala bien acondicionada.
Dentro del patio se amontonan las tejas y tras
ellas aparece el típico horno.
Pozo y perezoso, lugar para abastecer a las
personas y al ganado. Único punto con agua en muchos km a la redonda en años de
sequía.
Podríamos seguir un sendero que sale tras la casa,
camino de Líbar, hasta encontrar una bifurcación que sale a la derecha, pero
preferimos acortar para ganar tiempo y seguir el muro de piedra que bordea al
cerro Zurraque. Para ello debemos localizar una cancela cercana al pozo. Aquí
iremos sin sendero claro, pero, aún sin GPS, nos toparemos con el sendero y una
amplía cancela que da paso a otro llano.
Damos un gran salto en nuestra descripción
porque estamos ya muy cerca del Tinajo, nos lo anuncia el Dragón de la Breña.
Agazapado en su alta mole vigila a los escasos senderistas que se aventuran por
este lugar. También podríamos llamarlo Reptil, Tortuga… depende de la
imaginación de cada uno; hemos añadido “de la Breña” por estar en esta finca.
Y aquí
está el Tinajo. Los compañeros senderistas progresan paralelos a la valla por
la provincia de Málaga, pasaremos a Cádiz poco después.
Alguien situado en el interior de la cercana
cueva del Tinajo (suponemos que se llama así) nos vería llegar por la parte
baja del muro. Para entrar en ella debemos saltan un murete que tapona media
boca.
Antes de traspasar ese murete tomamos una foto
de la primera sala, de ella salen dos galerías de longitud indeterminada y…
…Una chimenea.
Desde la
cueva, a media ladera, buscamos un lugar asequible para enlazar con el declive
de acceso al Tinajo. Este tramo está ampliamente descrito en la anterior
entrada. Añadimos algunas fotos más tomadas desde su cima y sus rampas de
subida y bajada.
Hacia
en SO aparecen las últimas formaciones de Cancha Bermeja y los Llanos del Republicano,
al que a continuación bajaremos.
Casa de la Gordilla, su corraleta e inicio de
una suave loma adehesada donde aún permanecen algunas encinas.
Al N se extienden los Llanos, atravesados por
el Aº los Álamos, paralelo a la sierra.
En una de las varias visitas realizadas, el
atardecer nos sorprende en la dolina de la Vereda de Ruiz. Los tonos
anaranjados del ocaso dan aún mayor belleza a los estratos de Cancha Bermeja.
Ya en
la pronunciada bajada, si miramos atrás, aparece otra vez el Dragón de la
Breña, ahora más alargado, más reptil.
Esta roca-escudo, con su perfecta cruz, nos
llama la atención, al igual que otras mil formas más.
Nos despedimos del lugar desviándonos unos
metros para asombrarnos ante el gran retablo pétreo que ocupa uno de los
laterales de este amplio mar de formaciones a cual más bella.
El zoom
nos permite apreciar oquedades, desconchones, pequeñas covachas que invitan a
visitarlas, con sus “plantitas” a la puerta y sus columnas de sujeción.
Peculiar hito.
Ya de
regreso, y a la altura de casa Gordilla, miramos a nuestro cerro antes de
dejarlo atrás; aunque un poco lejos y con menos claridad sigue apreciándose
unas de las partes del boomerang que lo hace tan singular.
Regresamos por la cañada Real de los Bueyes de
Ronda y pasamos junto a un amontonamiento que en su día el Diario de Cádiz
señaló como dolmen de los Lajares. Otros arqueólogos consultados opinan que es
un mero amontonamiento de piedras. Al fondo el impresionante cerro de los
Lajares y su masa caliza que apenas cede un resquicio a la escasa vegetación
que se aventura por su ladera.
Cruzamos el arroyo los Álamos por un
puentecito, ya cerca de la casa de Patagalana, donde alertarán de nuestra
presencia varios perros, cada uno en su encina, y acabamos otra vez en el
regato visitando el, ahora sí confirmado, dolmen de Patagalana (también de los
Álamos e incluso Lajares).
Once kilómetros llenos de lugares
entrañables y paisajes fantásticos.
No debe asustarnos el pico del Tinajo, son poco más de 100 m de desnivel por dos rampas que parecen hechas a medida de cualquier senderista.
Estupendo trabajo. Hay sitios verdaderamente espectaculares en esa zona. Me encanta la foto del quejigo, aunque no creo que la tala del hombre sea la que haya hecho esa herida en el tronco, yo me inclinaría más por pensar en un rayo o un desgarro por caída de una rama. El paso del tiempo hace que la madera del interior se pudra y desaparezca, por eso casi todos los grandes quejigos centenarios están huecos por dentro. Por cierto en los Llanos de Zurraque hay una encina catalogada como árbol singular, aquí te dejo el enlace: http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/BIO/DOC/ARB_SING/PDFs/Arb_992.pdf
ResponderEliminarSaludos
Preciosa ruta, que me apunto como preferente, y buenísimas las fotos y el reportaje Pedro.Un saludo
ResponderEliminarComo siempre mostrandonos nuevos y bonitos lugares de nuestra sierra... y nosotros aprendiendo mas gracias a vuestro trabajo.
ResponderEliminarSaludos
Selu, vimos esa encina, incluso es posible que esté fotografiada, habrá que repasar los archivos. Lo que no sabíamos es que estuviera fotografiada. Gracias.
ResponderEliminarYa nos contarás Miguel, seguro que no te decepcionará.
Gracias M@nuel.
Una pregunta, ¿se puede llegar en coche hasta el punto que ustedes señalan como de salida en el mapa, o es necesario dejar el coche en el Puerto de los Alamillos?
ResponderEliminarGracias por vuestras enseñanzas.
Se llega perfectamente en coche hasta la misma sierra de los Lajartes, además el carril está bien. Nosotros decidimos dejar el coche unos 300 m antes porque hay un altozano donde caben varios coches y desde allí se tiene una primera visual muy completa de la sierra. En los Alamillos tendremos cuidado de coger el carril adecuado, el nuestro sale casi desde el mismo aparcamiento de la venta, es decir, el primero.
ResponderEliminarMuchas gracias por la información. Espero hacerla pronto.
ResponderEliminar