domingo, 13 de mayo de 2012

DE LOS LAJARES AL CERRO TINAJO POR LOS LLANOS DEL ZURRAQUE (II)

Ya comentamos en una entrada anterior las características del cerro a visitar; en esta otra desarrollaremos la ruta completa. Al Tinajo se puede llegar desde Villaluenga, bien pasando primero por Cancha Bermeja o directamente por los Llanos del Republicano; también desde la Vereda de Líbar; pasados los Llanos de Pozuelo hay que buscar una angarilla que conecta con nuestra ruta por entre las sierras de Mojón Alto y Montalate. Después de tantear los  anteriores accesos, nos quedamos con este desde la zona de los Lajares, siguiendo uno de los brazos del arroyo los Álamos y pasando por los siempre acogedores Llanos del Zurraque y regresando por los Llanos del Republicano.


Llegamos en coche desde Villamartín por Benaocaz, donde nos sorprendió este mar de nubes sobre el que “flotaba” la sierra de la Silla.

 La carretera la abandonamos en el puerto de los Alamillos, donde tomamos el carril que más o menos coincide con la cañada de las Diez Pilas. Hacemos una breve parada al cruzar el Gaduares o Campobuche en las proximidades del alcornoque de las Ánimas.

Decidimos aparcar los coches en un alto antes de llegar a los Lajares y así poder admirar este bonito macizo rodeado por los Llanos del Republicano, del Apeo y los del Cabrizal, hacia los que nos dirigimos.

Justo al llegar al fondo del amplio carril (en muy buen estado para los coches) torcemos a la izquierda siguiendo el arroyo de los Álamos y en principio el cordel del Pozo de los Álamos.

En la zona hay dos pozos cercanos, ambos denominados de los Álamos. Este es uno de ellos.

Abandonamos el cordel hacía su derecha, siempre paralelos a la sierra, buscando estos cortados, que como en muchos lugares llaman Los Órganos o El Órgano.

A medida que nos acercamos nos admiramos de la brusquedad de los cambios de paisaje que se producen en esta zona, pasando del llano al roquedo sin que medie transición alguna.

Miramos atrás porque la bonita dehesa del Cabrizal merece quedar perpetuada por la cámara.

Entramos en una zona de transición en la que comenzamos a ganar altura. Otra agradable sorpresa, una corraleta de piedra seca marca la fresca dolina conocida como el Hoyo de la Matanza, con su sumidero y macabra leyenda relacionada con la Guerra Civil.

Un camino de herradura bien marcado desemboca, tras un pequeño collado, en los Llanos del Zurraque; vacas y quejigos centenarios conviven junto a las cabras y alguna encina, una de ellas catalogada como árbol singular malagueño (Encina de los LLanos del Zurraque), estas más cercana a la sierra. Merece la pena ser visitado.

Decepción al dar la vuelta al tronco del quejigo, totalmente hueco por alguna tala, rayo o desgajo de una rama principal, que degeneró en esta enorme herida. Su aspecto saludable de la foto anterior se convierte en decrepitud del noble quejigo, varias veces centenario.

Cerca del cortijo del Zurraque encontramos este otro singular ejemplar. Sus ramas habrán ofrecido juego, trepadas y columpios a los niños del importante caserío.

Justo al acabar el llano, para no ocupar nada del fértil suelo, cuando otra vez aparece la roca, está el cortijo, con varias dependencias semiderruidas y un ala bien acondicionada.

Dentro del patio se amontonan las tejas y tras ellas aparece el típico horno.

Pozo y perezoso, lugar para abastecer a las personas y al ganado. Único punto con agua en muchos km a la redonda en años de sequía.

Podríamos seguir un sendero que sale tras la casa, camino de Líbar, hasta encontrar una bifurcación que sale a la derecha, pero preferimos acortar para ganar tiempo y seguir el muro de piedra que bordea al cerro Zurraque. Para ello debemos localizar una cancela cercana al pozo. Aquí iremos sin sendero claro, pero, aún sin GPS, nos toparemos con el sendero y una amplía cancela que da paso a otro llano.

Damos un gran salto en nuestra descripción porque estamos ya muy cerca del Tinajo, nos lo anuncia el Dragón de la Breña. Agazapado en su alta mole vigila a los escasos senderistas que se aventuran por este lugar. También podríamos llamarlo Reptil, Tortuga… depende de la imaginación de cada uno; hemos añadido “de la Breña” por estar en esta finca.

Y aquí está el Tinajo. Los compañeros senderistas progresan paralelos a la valla por la provincia de Málaga, pasaremos a Cádiz poco después.

Alguien situado en el interior de la cercana cueva del Tinajo (suponemos que se llama así) nos vería llegar por la parte baja del muro. Para entrar en ella debemos saltan un murete que tapona media boca.

Antes de traspasar ese murete tomamos una foto de la primera sala, de ella salen dos galerías de longitud indeterminada y…

…Una chimenea.

 Desde la cueva, a media ladera, buscamos un lugar asequible para enlazar con el declive de acceso al Tinajo. Este tramo está ampliamente descrito en la anterior entrada. Añadimos algunas fotos más tomadas desde su cima y sus rampas de subida y bajada.

Hacia en SO aparecen las últimas formaciones de Cancha Bermeja y los Llanos del Republicano, al que a continuación bajaremos.

Casa de la Gordilla, su corraleta e inicio de una suave loma adehesada donde aún permanecen algunas encinas.

Al N se extienden los Llanos, atravesados por el Aº los Álamos, paralelo a la sierra.

En una de las varias visitas realizadas, el atardecer nos sorprende en la dolina de la Vereda de Ruiz. Los tonos anaranjados del ocaso dan aún mayor belleza a los estratos de Cancha Bermeja.

Ya en la pronunciada bajada, si miramos atrás, aparece otra vez el Dragón de la Breña, ahora más alargado, más reptil.


Esta roca-escudo, con su perfecta cruz, nos llama la atención, al igual que otras mil formas más.

Nos despedimos del lugar desviándonos unos metros para asombrarnos ante el gran retablo pétreo que ocupa uno de los laterales de este amplio mar de formaciones a cual más bella.

El zoom nos permite apreciar oquedades, desconchones, pequeñas covachas que invitan a visitarlas, con sus “plantitas” a la puerta y sus columnas de sujeción.

Peculiar hito.

Ya de regreso, y a la altura de casa Gordilla, miramos a nuestro cerro antes de dejarlo atrás; aunque un poco lejos y con menos claridad sigue apreciándose unas de las partes del boomerang que lo hace tan singular.

Regresamos por la cañada Real de los Bueyes de Ronda y pasamos junto a un amontonamiento que en su día el Diario de Cádiz señaló como dolmen de los Lajares. Otros arqueólogos consultados opinan que es un mero amontonamiento de piedras. Al fondo el impresionante cerro de los Lajares y su masa caliza que apenas cede un resquicio a la escasa vegetación que se aventura por su ladera.

Cruzamos el arroyo los Álamos por un puentecito, ya cerca de la casa de Patagalana, donde alertarán de nuestra presencia varios perros, cada uno en su encina, y acabamos otra vez en el regato visitando el, ahora sí confirmado, dolmen de Patagalana (también de los Álamos e incluso Lajares).

   Once kilómetros llenos de lugares entrañables y paisajes fantásticos.

No debe asustarnos el pico del Tinajo, son poco más de 100 m de desnivel por dos rampas que parecen hechas a medida de cualquier senderista.

7 comentarios:

Selu dijo...

Estupendo trabajo. Hay sitios verdaderamente espectaculares en esa zona. Me encanta la foto del quejigo, aunque no creo que la tala del hombre sea la que haya hecho esa herida en el tronco, yo me inclinaría más por pensar en un rayo o un desgarro por caída de una rama. El paso del tiempo hace que la madera del interior se pudra y desaparezca, por eso casi todos los grandes quejigos centenarios están huecos por dentro. Por cierto en los Llanos de Zurraque hay una encina catalogada como árbol singular, aquí te dejo el enlace: http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/BIO/DOC/ARB_SING/PDFs/Arb_992.pdf
Saludos

Miguel dijo...

Preciosa ruta, que me apunto como preferente, y buenísimas las fotos y el reportaje Pedro.Un saludo

Manuel dijo...

Como siempre mostrandonos nuevos y bonitos lugares de nuestra sierra... y nosotros aprendiendo mas gracias a vuestro trabajo.
Saludos

Tercer Tiempo dijo...

Selu, vimos esa encina, incluso es posible que esté fotografiada, habrá que repasar los archivos. Lo que no sabíamos es que estuviera fotografiada. Gracias.
Ya nos contarás Miguel, seguro que no te decepcionará.
Gracias M@nuel.

Simancón dijo...

Una pregunta, ¿se puede llegar en coche hasta el punto que ustedes señalan como de salida en el mapa, o es necesario dejar el coche en el Puerto de los Alamillos?
Gracias por vuestras enseñanzas.

Tercer Tiempo dijo...

Se llega perfectamente en coche hasta la misma sierra de los Lajartes, además el carril está bien. Nosotros decidimos dejar el coche unos 300 m antes porque hay un altozano donde caben varios coches y desde allí se tiene una primera visual muy completa de la sierra. En los Alamillos tendremos cuidado de coger el carril adecuado, el nuestro sale casi desde el mismo aparcamiento de la venta, es decir, el primero.

Simancón dijo...

Muchas gracias por la información. Espero hacerla pronto.