jueves, 17 de noviembre de 2022

Circular por Albarracín-Albarracinejo-Cruz de la Atalaya-Benamahoma

 Resulta complicado dar un nombre a esta preciosa ruta circular, y si hubiera que resumirla podríamos denominarla «La ruta de los senderos encantadores», porque salvo contados y cortos tramos de enlace, el itinerario discurre por atrayentes senderos de sierra a cuál de ellos más seductor. Destacar estos tramos: aprisco Cerro Albarracín-cueva Terriza; madroñal-Llano de los Fósiles; cortijo Albarracinejo-arroyo Descansadero; acceso a la Cruz de la Atalaya y nuevo tramo del sendero del Majaceite por una antigua vereda entre El Bosque y Benamahoma. Con estos datos anteriores queda la ruta señalada, solo añadir que está jalonada por numerosos hitos que iremos enumerando en la descripción.

 Datos: 12 Km / Unas 5 horas / Desnivel ±520 m / Noviembre`22

La ruta en Wikiloc. Enlace.

 

Iniciamos la ruta tras cruzar la cancela de la pista forestal que sube al monte Albarracín, buscando un sendero (a la izquierda) por el pinar. Este pequeño jardín es un homenaje a la memoria de Carlos Gómez Cabeza, agente forestal entre 1974-2000.


Siguiendo el sendero a través del pinar pronto estamos a las puertas del «Aprisco del Cerro Albarracín», donde José Antonio y su hermano cuidan de un buen rebaño de cabras.


Avanzamos por la pista en dirección contraria a la cabreriza y a 350 m encontramos el acceso al sendero que nos lleva hacia la cueva Terriza.


Enseguida encontramos uno de los grandes y centenarios Quercus salvados del carboneo: el Quejigo Gordo. Desde aquí hasta la cueva el sendero sube rodeado de madroños, este año (2022) con escasa producción y de poca calidad.


Nos apartamos unos metros para encontrar la boca de la cueva Terriza.


A la misma puerta encontramos estas bonitas formaciones.


Retrocedemos al sendero buscando esta angarilla por donde cruzar la alambrada que separa dos fincas.


A la derecha vemos en alto el agujero de una sima, posible respiradero o chimenea de la Terriza.


Pese a la mañana soleada se hace la penumbra al entrar en el increíble bosque de madroños, especie casi única salpicada de algún quejigo y escaso sotobosque. Avanzamos impresionados por la belleza del lugar.


Al final del bosquete se hace la luz y se amplía el paisaje, aparece en todo su esplendor la sierra del Pinar, acompañada a su izquierda por la del Hinojal y más al fondo el cerro del Pilar. Donde está el punto azul se enclava la Cruz de la Atalaya (recuadro), que visitaremos después. En mitad de este paraíso Benamahoma.


Hemos llamado a este reservorio artificial de aguas pluviales, procedentes de las escorrentías de ladera, «Lagunilla del Madroñal», por su proximidad al bosquete mencionado. La sequía de 2022 hace que presente este lamentable aspecto a mediados de noviembre, cuando ya debería tener agua.


Gran roca o gran muela, seguramente procedente de algún desprendimiento de antaño del rocoso pico de Albarracín.


Finalmente, el sendero parece concluir en el inicio de un valle donde se ancla esta enorme encina. Pronto localizamos el sendero que sigue…


…por el Llano de los Fósiles, por donde anduvo Juan Gavala Laborde hace más de un siglo, señalando la abundancia de fósiles (principalmente belemnites) en las laderas del Albarracín. La silueta nos marca el cerro Ponce (izq.), el Albarracín (dcha.) y el cerrete entre ambos.


Tras superar un par de lomas aparece el cortijo Albarracín. En la parte baja de la imagen el pozo-aljibe.


Tuvo que ser un buen caserío, un paseo por el interior de sus ruinas así lo atestigua. Cada vez que lo visitamos, su estado es más lamentable. Cuando publicamos su imagen nos gusta aclarar, como nos pidió su propietario, que su nombre es «Albarracinejo» y no «Casa Zahúrdas» como aparece en algunos mapas, al unir erróneamente los términos «Casa» y «Zahúrdas» que aparece en mapas históricos señalando por una parte el caserío y por otras varias pocilgas para los cerdos.


Nunca nos habíamos fijado en estos agarraderos o amarres de roca, más artesanales y útiles imposible.


Ya bajando hacia el arroyo Descansadero localizamos un par de eras.


Imagen de la cancela donde acaba (o se inicia) el sendero. Aquí debemos cruzar la carretera y el arroyo por un antiguo puente en desuso.


Calera cercana a las canteras productoras de piedra caliza. Su deterioro hace que pasaría desapercibida si no fuera por la cartelería informativa.


Ya habíamos observado que el arroyo mantiene un pequeño caudal, en parte proveniente de la fuente del Descansadero. Seguimos paralelos a la carretera y una vez superadas las canteras torcemos a la izquierda, cruzamos una cancela y abordamos el sendero mejorado que conduce a la Cruz de la Atalaya hasta…


…llegar a este cruce señalizado y recién colocado al que le faltan las flechas. De forma un poco atrevida se las hemos colocado nosotros (en la imagen, claro). Hemos preguntado en Turismo de Benamahoma y nos dicen que si procedemos de la Atalaya podemos volver a Benamahoma tanto por la izquierda como por la derecha en nuevos senderos trazados. El rótulo «Torreón», hemos entendido que trata de dirigirnos al parking donde se inicia el sendero oficial de acceso a ese pico. En definitiva, el objetivo es unir Benamahoma con Grazalema por un sendero señalizado alternativo al del Pinsapar.


La mejor señalización es este quejigo. Nuestro sendero camino de la Cruz, y visto desde aquí, va hacia la derecha (tal y como venimos del fondo, a la izquierda).


Una más de las varias caleras que encontraremos.


Y por fin la Cruz de la Atalaya. Pudimos leer que «Este torreón natural que corona Benamahoma se ubica cerca de las ruinas de una fortaleza árabe. Con la cristianización del lugar y la llegada de las órdenes religiosas, el clero colocó el símbolo de la cruz como conmemoración de la ocupación del pueblo».


Asomándonos al precipicio aparece Benamahoma con el monte Albarracín al fondo (hemos colocado un punto verde donde se ubica la lagunilla del Madroñal, desde donde fotografiamos la Cruz). Disfrutamos del lugar, retrocedemos apenas unos metros e iniciamos la fuerte bajada por la ladera.


Ya cerca de Benamahoma encontramos la cueva de Carros, antigua cabreriza de Alonso, muy limpia y con un banco de madera «Artesanía de Benamahoma».


Aquí se inicia (para nosotros finaliza) el sendero que traíamos.


Plaza de toros de Benamahoma.


La conocida fuente de los Tres Caños.


Cruzamos el pueblo y alcanzamos esta rotonda. Para llegar al nuevo tramo del sendero del Majaceite podemos seguir la carretera unos centenares de metros o torcer a la derecha e iniciar la tradicional ruta del río; a unos 500 m encontraremos un desvío que sube…


… hasta el lugar donde unas escaleras se adentran en el bosque. A la derecha se ve la llegada.


A tener en cuenta que este tramo (imagen de la llegada) presenta un buen desnivel y con lluvia reciente es muy resbaladizo, así lo anuncia un cartel.


Calera en fase de restauración, muy deteriorada por el largo tiempo en desuso, semienterrada y agobiada por la vegetación.


El nuevo tramo es realmente «encantador», pese a que aún no habían llegado las lluvias. Es un auténtico jardín botánico con numerosas especies vegetales, bien trazado y acondicionado. En algún trecho hay un fuerte desplome que necesitaría unas barandas de madera.


Como transitamos inmersos en un bosque debemos aprovechas las zonas más altas para asomarnos al paisaje circundante (imagen de la pasada primavera).


Nueva calera.


Fuente de Aguas Turbias. Enlace.


El excedente del manantial de Aguas Turbias riega o regó esta huerta.


La flecha nos indica el camino de llegada. Solo nos queda avanzar unos metros y cruzar la carretera.


Mapa del recorrido. Hemos señalado con un punteado rojo la alternativa para no usar la carretera.


© del texto y las fotografías Pedro Sánchez Gil.

© de la publicación «Grupo de senderismo El Tercer Tiempo».

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