lunes, 24 de junio de 2024

Senda Larga Hoces del Duratón – Puente de Villaseca-Puente de Talcano

Una vez investigada la mejor opción para nosotros decidimos hacer el tramo de ida por las Hoces del río Duratón desde el puente de Villaseca hasta el de Talcano, ya cerca de Sepúlveda. Para ello usamos un taxi (Taxi Duratón 625 53 94 57) que nos llevó al punto de inicio. El trazado, en cualquiera de los sentidos que se haga, es prácticamente llano y discurre siempre paralelo al río Duratón, afluente del Duero, encajonado entre los paredones que limitan su cauce más amplio. Sobre ese terreno ha ido labrando grandes hoces más o menos cerradas, dejando en la parte cóncava llanuras de inundación que se han poblado de arboleda con predominio del chopo. Las primeras hoces las forma el río entre las localidades de Duratón y Sepúlveda, continuando durante kilómetros hasta la presa del embalse de Burgomillodo, formando el conocido Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Durante el trayecto iremos encontrando interesantes hitos que enumeramos a continuación, señalados con su correspondiente waypoint y fotografía. La senda no tiene pérdida por lo que del track que aportamos interesan más esos puntos de referencia que en algunos casos es fácil saltárselos.

Datos: 11,8 km / Desnivel acumulado: ±239 m / 3 h 50 min / junio 2024.


Hasta el puente de Villaseca llegamos en un taxi que nos trajo desde Sepúlveda, donde dejamos nuestro coche. Un carril amplio baja a una zona de recreo donde empieza nuestra ruta y también la Senda de la Molinilla.


Enseguida, a nuestra izquierda, y encastrada en uno de los paredones, localizamos la Cueva de los Siete Altares, monumento religioso visigodo. Molduras policromadas en rojo y negro. Compleja decoración geométrica.


Primera aproximación al río Duratón, el sonido de las pequeñas cascadas, el canto de la amplia fauna de aves que ocupa el cañón y la variada flora serán nuestros compañeros de viaje.


Frente al río, en un roquedo suelen tomar el sol los buitres leonados de la gran colonia que ocupa el lugar.


Otro de los tramos más bellos de este afluente del Duero, bien pobladas sus márgenes de sauces, fresnos, álamos, olmos, alisos y choperas cultivadas.


Llegamos a una de las hoces de mayor arco. Entre nuestra senda y el río una bella arcada de chopos.


Fuente del Chorrillo. Para salvar su desagüe hay a modo de un puentecillo de troncos.


En determinados tramos como este la vegetación nos permite contemplar los espectaculares acantilados.


En algunos tramos encontramos el sendero perdido, ocupado por altas herbáceas que dificultan el paso.


Llegamos y circunvalamos otro de los meandros en los que el río ha formado elevados escarpes calizos que alternan con dolomías cretácicas ocasionando este espectacular paisaje. La parte alta es conocida como el Peñascón.


Puente del Villar, que no debemos cruzar. Desde él se iría al pueblo de Villar de Sobrepeña siguiendo el sendero del arroyo de Valdemuelas.


Según informan algunas páginas del Parque, el sendero era muy usado por pastores que lo usaban para el traslado de sus ovejas. De su uso han quedado refugios y casas-cuevas. Esta destaca por un frontispicio con inscripción.


En su labor erosiva, el río desprende materiales de la parte convexa de los meandros, y los deposita en la cóncava, formando llanuras de sedimentación de gran belleza como esta.


El río fue muy aprovechado para mover molinos. Esta acequia (cao) nos señala uno de ello.


Y tras ella la ubicación de la edificación que contenía el resto de elementos necesarios para cumplir su misión: cubo, rodezno, piedras de moler…


Estamos en una de las hoces de curva más cerrada; entre la arboleda aparece un saliente rocoso que señala la ubicación aproximada de las ruinas de la ermita de San Julián en la planicie superior.


Otro tramo de gran encanto. Por estar más cercano a Sepúlveda aparece el sendero más cuidado.


Si miramos con detenimiento al otro lado del río descubriremos un nuevo refugio con murete de mampuestos y puerta baja de entrada.


Construcción original que aprovecha una masa rocosa caliza que ha sido rebajada para formar un refugio con pared de mampostería.


Placa-recuerdo al joven fotógrafo de la naturaleza Óscar Maroto Seminario, situada en el lugar donde se esparcieron sus cenizas en 1989 tras su muerte con 23 años, al intentar fotografiar un nido de cernícalos. Versos inscritos: «Que una brisa juguetona / esparza sus cenizas / allá donde la flor se atreva». Más info.


A nuestra derecha aparece un nuevo manantial, señalado como «Fuente Redonda». Se baja a la pequeña alberca por unas escaleras.


Fuente de la Hontanilla. A la izquierda de la senda está el manantial y a la derecha vierte un gran caño.


Nuevo refugio horadado en la roca más blanda. Una vez pasado este hito notamos la cercanía del final de la ruta. Coincidiremos con el sendero de los Dos Ríos y ya juntos cruzaremos por primera vez el Duratón por un puente peatonal actual.


Tras cruzarlo, bajamos unas escaleras y entonces aparece el arco que queda del verdadero puente romano de Talcano, totalmente cerrado al paso. Desde allí un carril con pendiente de subida nos lleva al aparcamiento.


Camino del parking localizamos una construcción que se corresponde con la Fábrica de la Luz, antigua central eléctrica ya en desuso. Sobre ella destaca la formación rocosa conocida como la Silla de Caballo o Silla de Montar.


Parking final donde nos esperan nuestros coches. Sin duda una de las rutas más agradables que podemos hacer en el entorno de Sepúlveda, ampliable con la de los Dos Ríos, la de la Molinilla y las visitas obligadas a los monasterios cercanos como el de San Frutos y el de Ntra. Sra. de los Ángeles de la Hoz.


© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación Senderismo El Tercer Tiempo.

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