Nuestra ruta coincide en la primera parte del trazado con el SL-CC 206, que sale de la zona alta del pueblo (piscina natural) y conduce hasta la citada ermita de Santo Tomé. En nuestro caso preferimos iniciarla en la parte opuesta de Robledillo, junto a uno de los puentes sobre el río Árrago, atravesar y disfrutar del rico patrimonio de esta pintoresca localidad, iniciar el citado sendero local, pero continuar más allá de la ermita para localizar una alberca y la acequia de conducción que la llenaba, trepar como un kilómetro más por el valle, cruzar el Árrago y volver al pueblo por el camino del Puerto Blanco o calzada romana, tras visitar el mirador de Lagartera. Todo ello caminando siempre entre bosques y por lo más profundo de este estrecho valle.
Datos: Distancia: 7 km / Desnivel: 234 m / Tiempo: 2 h 45 min / Julio de 2015
Hemos dejado el coche unos metros atrás, junto al puente sobre el Árrago y nos disponemos a cruzar el pueblo de sur a norte, comenzando por la calle Puente, disfrutando de su singular arquitectura.
Calles decoradas por los vecinos con macetas y plantas variadas. Cada cierto tramo atravesamos estrechos pasadizos y sobre ellos casas voladas en muchos casos de madera para evitar una carga excesiva sobre los muros.
Robledillo está declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico. El pueblo es pequeñito, apenas 100 habitantes y pronto se acaba. Pasamos a la calle Rúa y de ella…
…a la piscina natural que llena el Árrago, una de las más frías de la comarca de la Sierra de Gata, debida a su altura (unos 600 m) y a la cercanía del nacimiento de río.
Desde lo alto vemos el inicio del sendero, sin pérdida por el cartel que señala su comienzo. En principio vamos paralelos al río hasta encontrar un cruce donde tomaremos el sendero de la izquierda, que se eleva, entra en un pinar…
…y por sorpresa aparece este alcornocal. Es fácil despistarse por estar poco transitado y ser apenas una vereda en muchos tramos tapada por la hojarasca.
Este cruce nos puede liar un poco. En principio debemos tomar el sendero de la derecha, visitar la ermita, que está a dos pasos, y retroceder hasta aquí para subir ahora por el de la izquierda.
Poco queda de esta ermita de Santo Tomé, cuatro muros y el interior ocupado por una colonia de grandes helechos. Muchos dan por finalizada la corta ruta aquí y vuelven al pueblo.
Pero si volvemos al cruce anterior, veremos que hay otra senda, mucho menos transitada, que nos acerca, valle arriba, hasta cruzarnos con esta alberca muy deteriorada. Un primer pensamiento nos lleva a relacionarla con la ermita. ¿Pero de dónde obtenían el agua para llenarla? No se observa ni arroyo, ni escorrentías.
La respuesta está poco más adelante, cuando bajo la estrecha vereda observamos bases de mampostería y tabiques de ladrillo. Tras observarlos detenidamente llegamos a la conclusión que es una acequia en gran parte enterrada por los derrubios de la ladera. ¿Pero de donde viene?
Pues del Árrago, río que encontramos poco después. Incluso se conserva una pequeña represa que debía desviar el agua para la acequia que alimentaría a la alberca de regulación que surtiría a los típicos huertos de los ermitaños. Todo ello por gravedad dada las altitudes: 800-785-740 m.
Tras cruzar el Árrago trepamos un poco e iniciamos el regreso por un sendero más amplio que conduce al pueblo, camino de Puerto Blanco. Al inicio del mismo y en un arroyo, aparece esta presa posiblemente relacionada con la captación de aguas para Robledillo.
El sendero toma consistencia, está bastante limpio (vista trasera) y con tramos perfectamente enlosados de pizarra, que acaba desembocando en la carretera, a la altura del mirador de Lagartera.
Aquí vemos el inicio, para nosotros fin, del sendero y un cartel que nos confirma que se trata de una calzada romana. Desde este punto hasta el pueblo continúa otro sendero con tramos complicados por el cruce de barrancos, que si no son de nuestro agrado podemos salvarlos por la carretera que va paralela, volviendo al sendero cuando podamos.
Disfrutando del valle y de los huertos que van apareciendo llegamos nuevamente a la piscina natural, compuesta de varios vasos y profundidades.
Nuevo callejeo por Robledillo, con buena oferta de casas rurales y restaurantes. Más tramos de casas colgadas, ¿con qué casa se comunicarán, con la de la derecha, la de la izquierda, las dos?...
…hasta llegar al punto de partida junto al río, que como vemos ha sido nuestro compañero de viaje. Corriente importante de la comarca que junto a múltiples arroyos llenan el embalse de Borbollón y tras unirse a la Rivera de Gata desembocar en el Alagón ya en aguas del embalse Alcántara II, un gran “mar” cacereño.
2 comentarios:
Pedro como siempre estupendo tu reportaje. Además todo un documento después del incendio de este verano. El que quema el monte es un terrorista.
Gracias por tu comentario. Por suerte esta parte de la Sierra de Gata no se vió afectada por el incendio. Saludos. Pedro
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