El Charcones es un arroyo de régimen
torrencial de unos 3 km de longitud que tiene su cuenca de recepción en el
entorno de los Llanos del Berral, muy cerca del área recreativa de los Llanos
del Campo, siendo lugar de visitas para las muchas personas que acuden a
disfrutar del lugar. Su cabecera la forma una arroyada que proviene del Norte
(área recreativa) y otra del excedente que suelta la Lagunilla de los
Alacranes, pero su verdadero caudal proviene de un nacimiento temporal situado
en uno de los laterales de los Llanos del Berral. Visitamos el lugar tras las
excepcionales lluvias de marzo de 2013. (06-04-2013).
Salimos de los Llanos del Campo siguiendo
el sendero oficial que se dirige hasta el cercano mirador de El Berral y esta
es la primera imagen que nos encontramos: el llano casi inundado rezumando agua
por doquier.
Bordeamos el lugar buscando la
procedencia del agua. Claramente apreciamos al fondo el valle labrado por este
torrente. Pensamos que el nombre, Berral, hace referencia al berro, hortaliza
semiacuática muy usada desde la antigüedad. Se sabe que estos lugares fueron
lugar de cultivo de cereales. La foto está hecha precisamente desde una era, hoy
usada como helipuerto.
Enseguida encontramos el origen de
tanta agua en la proximidad de un roquedo cubierto de musgo. Estamos ante el principal nacimiento que origina el arroyo Charcones. Aunque su aparición es ocasional, hemos querido incluir en la web "Conoce tus fuentes: Manantiales y fuentes de Andalucía".
El detalle nos permite apreciar como ésta
sale a borbotones procedente del suelo y por múltiples puntos.
Imagen más amplia que nos permite
apreciar el lugar. La mayor abundancia de surgencias está abajo a la izquierda,
el origen más alto en las rocas grisáceas, pero se observan resto de manantiales
en las rocas superiores cubiertas de musgo.
Detalle de la surgencia más alta, muy
débil por cierto y a penas apreciable.
Vemos que los puntos de afloración
deben ser muchos porque solo 25 m más abajo el arroyo ya está formado.
Aunque este es el principal punto, casi todo el llano mana agua.
Camino de encajonarse en el valle
presenta buen caudal pero aún recibirá más aportes, como veremos en las imágenes
posteriores.
Marzo de 2010. Ese año también “reventó” el
nacimiento.
Todas las aportaciones procedentes del
margen derecho (Las Peñuelas) y del izquierdo (Monte de las Encinas) son pronto
canalizadas y se precipitan con gran estruendo hacia el arroyo Garganta, ya
convertido en río Tavizna tras su unión con el Pajaruco.
Son múltiples los rápidos y pequeñas
cascadas que se forman en el descenso. En poco más de 2 km desciendo unos 325 m,
lo cual nos da una idea de la enorme pendiente a salvar.
Llegamos al mirador y surge la
inevitable foto del castillo de Aznalmara.
Aún descendemos más en nuestro caminar orientados por el estruendo del agua
y encontramos uno de los tramos más bonitos.
Detalle del anterior. Podíamos haber
bajado más y con seguridad aún hubiéramos encontrado hermosos lugares similares
hasta su desembocadura, aunque el sendero se alejaba algo del cauce. Volvemos
sobre nuestros pasos para indagar otros parajes.
Desde los Llanos del Berral parte otro
sendero paralelo a unos de los brazos del Charcones. Pese a las grandes lluvias
de los días anteriores no lleva nada de agua, apenas algún charco aunque
observamos vegetación reciente transportada por el agua.
Sendero y arroyadas finalizan el un
lugar tranquilo y lleno de encanto: la Lagunilla, así nos la nombró Gregoria,
cabrera de la zona. En nuestros múltiples paseos por la zona y debajo de esas
piedras hemos comprobado que abundan los escorpiones, de ahí que la conozcamos
como Lagunilla de los Alacranes.
Nos extrañó que su cuenca se redujera
apenas a unos cuantos metros cuadrados, señal de que pierde el agua por filtración con
facilidad. En otras ocasiones la hemos visto más amplia.
Un atajo entre madroños nos acerca en
un momento a otro arroyo, el Ahijadero. Ni por asomo lleva el caudal del
Charcones. Decidimos dar la vuelta y regresar por otro sendero, también con el
encanto de este lugar (ver mapa).
Ese otro camino discurre entre
madroños, durillos encinas, quejigos y algún algarrobo. Destacan las dolinas
como ésta, dominada, en este caso, por cuatro encinas que protegen a una
población de peonías.
Humedad y sombra, alianza perfecta
para que sobre las rocas calizas abunde el musgo.
Tras completar un círculo nos encontramos
con una destacada encina. La senda de la izquierda nos llevaría otra vez a la
Lagunilla, a la derecha volvemos al Berral.
A estas alturas de abril las peonías
florecerán de un momento a otro y añadirán más color y belleza a este
fascinante lugar.
Pasamos otra vez por el nacimiento del
Charcones. Estudiando el lugar con más detenimiento observamos numerosos indicios de otras
surgencias secas a un nivel muy superior.
Solo nos queda regresar a los Llanos
del Campo por el mismo sendero. Es sábado, buen día y el lugar comienza a
poblarse de paseantes y senderistas que parten de este área recreativa.
El punto de salida está situado en la A-372 (Arcos-Ronda), cerca de Benamahoma.
1 comentario:
Estupenda entrada, yo también tenía en mente echar un vistazo al Nacimiento de los Charcones, porque pese a tener Grazalema tantos nacimientos este no estaba inventariado, ahora con tanta agua es el momento de ir a verlo, por cierto creo que podría incluirse también la Lagunilla de los Alacranes en el proyecto, las lagunas, perezosos y charcas estacionales también se están incluyendo en el proyecto Conoce Tus Fuentes. Saludos
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