Impresionante ruta circular que sale de Montejaque por la pista de Líbar, que abandonamos en el waypoint 5 (W-5), usando el antiguo camino, ya que la actual pista (sita varios centenares de metros más adelante) la cierra una cancela privada. Tomamos dirección a los Llanos de El Burfo por una pista que invita la propiedad a abandonar en el W-9 y en el W-10. Por una vereda muy estrecha pero practicable pasamos de El Burfo a los Llanos de Zurraque, desde allí conectamos con el camino de Líbar, que usamos para regresar a Montejaque.
Importante. La ruta cruza propiedades privadas, aunque hemos intentado en todo momento seguir caminos públicos tradiciones, usando cancelas que nos pedía la propiedad, con un cartel, dejar cerradas, como así hicimos. Al final del camino público entre fincas que va de los Llanos del Apeo, por Zurraque, hasta la pista de Líbar, una cancela estaba cerrada con candado, que tuvimos que sortear por un lateral usando unas rocas a modo de saltadero, sin dañar, por supuesto, su integridad. Cada senderista que vaya a usar nuestro track que decida bajo su responsabilidad. Hay otras rutas en Wikiloc que usan una vereda privada para conectar con la pista de Líbar desde el W-31 aproximadamente, que finaliza en una cancela totalmente privada de acceso a El Pozuelo.
Datos. Distancia: 15,6 km / Desnivel: ±385 m / Duración: Reserva 6 horas / Fecha: Diciembre 2024
Tras cruzar la localidad de Montejaque buscando el camino de Líbar, usamos como parking y punto de inicio, un apartado de la pista frente a este impresionante paredón de las últimas estribaciones de la sierra de Juan Diego, conocido como El Canchuelo.
Enseguida encontramos esta pantaneta o reservorio de agua para el ganado abastecida por una escorrentía. La sombra de la sierra y la temprana hora la mantienen en la oscuridad, con el bonito reflejo del cerro Almendral (1020 m) de la sierra de Montalate.
Fue todo un deleite subir por la amplia pista con el impresionante espectáculo que nos ofrecía a nuestra derecha la sierra de Montalate (en la imagen a la izquierda), que culmina al final en el cerro Hacho (1072 m), y el valle de uno de los brazos de cabecera del arroyo de Montejaque.
Nos atrajo el cerro del Almendral de la citada sierra, en el que creímos distinguir el perfil de una cara.
Donde señala el waypoint 5 de nuestro track y unos hitos, abandonamos la pista buscando una cancela por donde transita el camino tradicional a Jaraestepa, El Burfo y Zurraque.
Cruzamos una majada donde se alimentan y pasan la noche un rebaño de vacas. Demos un rodeo si vemos alguna con becerrillo.
Cancela de salida del redil, otro cartel invita a cerrar bien, en español y en inglés. De aquí parte una veredilla que enlaza…
…con esta amplia pista; como comentamos antes protegido su acceso con una fuerte cancela y cartel de privacidad. La seguimos hasta encontrar un cartel que nos desvía a la izquierda por una vereda que cruza un encinar. Nosotros decidimos seguir apenas 250 m para visitar…
…este gran sumidero en mitad de una dolina de amplio diámetro y considerable profundidad. Nos acompañaba un vecino de Montejaque que nos explicó que la aparición de la sima es relativamente reciente. Allí, nuevamente la propiedad nos invita a torcer a la izquierda, cosa que ahora sí hacemos.
En el gran llano se alojan varios perezosos siendo este el más grande, acrecentado por una pared semicircular procedente del vaciado de los barros del fondo. Se reflejan en sus aguas el pequeño macizo de Los Frailecillos.
Salimos por el borde opuesto, donde bajo una encina localizamos una cancela que nos da paso al siguiente tramo de enlace con Zurraque.
La estrecha vereda discurre entre un muro y las estribaciones de Los Frailecillos, por un tramo realmente encantador donde localizar mil formas rocosas, rincones con retablos pétreos, rocas bien tapizadas de brillantes musgos, dolinas, sumideros, piedras caballeras, pilones naturales… En línea recta ambos llanos están a 1 km, nuestro track nos marcó 1,8 km, y empleamos 1 h 5 min en hacerlo, no por la dificultad, sino por las innumerables paradas. Veamos algunas formaciones:
Cancela de paso. En el prado anterior hay una gran roca a la que podemos subirnos y asomarnos hacia Zurraque.
Muchos quejigos centenarios han llegado al límite de su longevidad y yacen por los suelos, como este noble ejemplar. Solo el tronco, surcado por una “columna vertebral”, se agarra a la tierra que lo sostuvo.
Pozo y antiguo perezoso transformado en pantaneta con muro perimetral, preserva el agua para la cabaña ganadera.
Al parecer el topónimo «zurraque» podría hacer referencia a un arbusto denominado zurraque o zumaque (Rhus coriaria). Nos lo cuenta el Blog de Ocurris. Fot.: Manuel Limón.
Salimos del lugar, donde nos apetecería permanecer y recorrer, por esta angarilla cercana al pocillo.
Tras algunas veredas de cabras enlazamos con un carril más amplio. Si torcemos a la derecha, siguiendo el carril, veremos que pocos metros después tuerce a la izquierda y sigue más o menos recto. Algunos senderistas prefieren seguir de frente por veredillas poco seguidas que acaban enlazando más adelante con el camino.
Tramo muy pedregoso. Al fondo ya se ven cerros de transición entre las sierras de El Palo, Benaoján y Juan Diego.
Cancela con candado pero que la propiedad ha dotado de una amplia cadena que permite el paso a los senderistas.
Encina caída con el tronco partido, pero aún con vida. Poco después de esta encina algunos track se desvían a la izquierda cruzando una cancela. No nos convence esta opción porque atraviesa una finca privada por camino no público. No podemos asegurarlo, pero el carril que seguimos nosotros nos aseguraron en Montejaque que es público, aunque la cancela final tenga candado.
Cancela con cadena y candado. Pudimos cruzarla por uno de sus laterales tomando apoyo en unas rocas.
Enseguida entramos en el tercer polje a visitar, el Llano de El Pozuelo por el que circula la pista de Líbar hacia los Llanos de Cufría y el refugio de Líbar. Lo hemos perimetrado en Google Earth y salen 4300 m y 60 ha.
Ya en la amplia pista tomamos dirección a Montejaque. Los quejigos amarillean, pero sus hojas, denominadas marcescentes, permanecen en las ramas hasta las puertas de la primavera. Su sabor muy amargo evita el acoso de los grandes herbívoros, como ciervos y alces, a las ramas bajas, a la vez que protege las nuevas yemas.
Vimos en la finca de El Pozuelo varios perezosos, enmarcados entre encinas, quejigos y altos torreones.
Esta encina solitaria, por algún motivo, se salvó del carboneo y permanece solitaria en mitad del Llano de El Pozuelo. Al fondo despunta la crestería que lleva al pico Ventana (1298 m). También vemos en la ladera una zona más verde, por donde podría coronarse.
Acabamos la subida y miramos a los incomparables Llanos de El Pozuelo. En su entorno se encuentran algunas de las más profundas simas de Andalucía.
Tras coronar el collado o puerto de Gulfus, iniciamos el descenso hacia Montejaque… (Fot.: de 2011).
…con 3 km de paisajes a izquierda y derecha a cuál más atrayente. A nuestra derecha carst puro de la sierra de Juan Diego, auténtico retablo cárstico labrado en la roca caliza por la meteorización y procesos erosivos.
A la izquierda volvemos a repetir lo ya visto por la mañana, pero ahora plenamente iluminado: sierra de Montalate.
Y para acabar el gran Hacho y sus complicadas laderas de subir. Aquí lo vemos poco antes de acabar la ruta…
© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de las imágenes José Solano y Pedro Sánchez
© de la publicación Senderismo El Tercer Tiempo
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