Gran ruta circular por el entorno de Montejaque (Málaga) por senderos muy variados, cruzando esta bella localidad. Al ser circular podemos utilizar los dos puntos de contacto con la carretera local MA-505: el aparcamiento de la cueva del Hundidero o el pueblo. Nosotros optamos por el aparcamiento, desde allí hacemos un corto tramo por la carretera hasta separarnos de ella en el rancho de La Calera, seguir por la cañada de los Alcornocales, cruzar el Boquete de Mures y descender hasta la Gran Senda de Málaga (GR-249.6), también conocido como Camino Viejo de Ronda y a su vez tramo del GR-7. Una vez incorporados al amplio carril, y tras una larga y monótona cuesta, llegamos al puerto de la Escarihuela, donde encontramos la capilla de la Cruz del Milagro y la ermita de la Escarihuela; bajamos por el sendero del mismo nombre (un paseo local muy bien acondicionado con preciosas vistas) hasta el pueblo y lo cruzamos, saliendo al camino de Líbar para cruzar la sierra de Montalate por el puerto de La Canta, bordeamos el cerro Hacho, cruzamos el camino de los Cucaderos para bajar al vaso del embalse de Montejaque, nos acercamos a la presa de Los Caballeros todo lo que nos permita el charco que se forma a sus pies y desde allí, tras un corto ascenso subimos al gran complejo deportivo que se ha formado entorno a la presa y la cueva: paseo por la presa, tirolina, puente tibetano, bajar y subir a la boca del Hundidero, mirador del cerro… Debemos asegurarnos que el río Campobuche es practicable y que el embalse está vacío. Cuidado con el barro.
Datos: Unos 16 km / 615 m de desnivel / Entre los 528-893 m / Reserva unas 6 h / Diciembre 2024
Desde el aparcamiento de la cueva del Hundidero fotografiamos el Boquete de Mures, ese paso natural en la pequeña sierra.
Avanzamos por la carretera unos centenares de metros hasta el rancho de La Calera, que bordeamos por la derecha siguiendo la cañada de los Alcornocales. (Fto. Google Maps)
Encontramos una angarilla y un sembrado que bordeamos por la izquierda (en la imagen por la derecha).
El paso a través del Boquete se hace con facilidad por una vereda bordeada de altas retamas. En el sentido de la marcha (en la imagen al contrario tras cruzarlo) a la izquierda el Peñón de Mures (836 m) y a la derecha el cerro Mures (871 m), vértice geodésico.
La bajada del carril que traemos finaliza en una cancela donde volvemos a coincidir con la cañada. El camino se transforma en pista.
Nuestra senda acaba coincidiendo con la Gran Senda de Málaga (GR-249. Variante 6: La Indiana - Montejaque) en uno de sus tramos, por la que avanzamos dirección Montejaque. La pista es monótona. Solo con el aliciente del paisaje: a nuestra espalda el entorno de Ronda y el valle del Guadiaro, al frente el cerro de Mures.
La subida culmina en el puerto de la Escarihuela, con un primer hito que es la pequeña capilla de la Cruz del Milagro, donde comienza la nava de la Escarihuela, que acaba…
…un poco más adelante en la ermita de la Escarihuela (S. XVIII), donde los montejaqueños suben en romería a su patrona, la virgen del mismo nombre. Desde allí nos dirigimos por un bonito sendero empedrado en dirección al pueblo.
El milagro de la Escarihuela. Cuenta la leyenda que los rondeños, con la excusa de intentar subsanar una epidemia de peste que asolaba la ciudad, pretendieron cierta vez llevarse la imagen de la virgen. Pero ésta se hizo tan pesada a la altura de la Cruz del Milagro, que tuvieron que desistir de su empeño y dejarla en su lugar. Aun así, la epidemia remitió. (Tomado de la FAM).
Inevitable pararse repetidas veces en la zigzagueante bajada para contemplar Montejaque y el gran Hacho, segunda cumbre de la sierra de Montalate (1074 m).
Nos volvemos para contemplar la escalinata con sus numerosas revueltas que facilitan el ascenso hasta el llano de la romería. En lugar de bordear el pueblo por el camino de Líbar decidimos cruzarlo de parte a parte.
Visitamos el coqueto lavadero de la Fuente Vieja, muy bien restaurado y adornado con cuadros de época y enseres tradicionales.
Salimos de Montejaque buscando el camino de Líbar por la calle Tajo o Dr. Vázquez y los grandes paredones del peñón del Canchuelo que se elevan sobre sus tejados.
Fuente del Pilar. Su misión principal, al estar situada en una de las salidas del pueblo, fue la de servir de abrevadero a cabreros y ganaderos en general.
Llegados al camino de Líbar torcemos a la derecha y enseguida a la izquierda, para acometer el camino del puerto de La Canta. Dejamos a un lado el pequeño refugio donde se reúnen los mayores del pueblo y que han denominado Marina Dor.
Ya acometiendo la subida al puerto nos detenemos en numerosas ocasiones para ver el precioso valle por el que discurre uno de los regatos que acabarán formando el arroyo de Montejaque. A nuestros pies una bien conservada era.
Culminación en el puerto de la Canta (892 m), por donde trasponemos la sierra de Montalate, entre los cerros Almendral o Cabrizal y Hacho.
Iniciamos un corto descenso siguiendo un carril que cruza un olivar de repoblación, estamos en Viñas Viejas, lugar donde se cultiva un excelente aceite de oliva virgen extra ecológico, resultado de la explotación del olivar familiar por MonteXaquez Oliva.
Señalar que más adelante encontraremos dos cancelas que indican «Finca privada», con candado, pero sin echar, una de ellas con paso lateral, aunque varias personas de Montejaque nos dicen que la pista procede de un antiguo vecinal.
En todo momento, a nuestra derecha, la ladera NO del Hacho, mucho menos espectacular que la opuesta.
Primera de las cancelas tras cruzarla, la encontramos cerrada, con presencia de candado sin echar y paso lateral.
Al elevarnos hasta los 800 m vemos el lecho del embalse de Montejaque, donde se intuye el trazado del río Campobuche o Gaduares, destacando el agudo cerro Tavizna al cual nos dirigimos.
Fin de la pista que traíamos, en su conexión con el camino de los Cucaderos. Nota. En visita posterior pudimos comprobar que el tramo Puerto de la Canta – Camino de los Cucaderos, se hace bien por el cauce del arroyo paralelo.
Siempre con la ladera del Hacho a nuestra derecha, localizamos varias canteras seguramente usadas para la presa cercan.
Pilar de aguas muy limpias, catalogada en Conoce tus Fuentes como fuente Salvadil. Desde ella iniciamos el descenso hacia el río Campobuche cruzando alguna angarilla.
Nos llama la atención este estrecho desfiladero por donde circula el cauce del río. En ambos laterales nos parece distinguir un graderío. Bajamos, cruzamos el cauce y nos asombramos ante el espectáculo que ofrecen las llamadas Gradas del Campobuche…
…grandes escalones y alguna escalera formada por hormigón proyectado sobre la roca caliza con la intención de taponar los orificios por los que se filtraba el agua de la presa.
Avanzamos unos centenares de metros más y nos acercamos a la presa de los Caballeros hasta donde nos permita el charco. Fue una espectacular obra de ingeniería que se hizo hacia 1924, entre los cerros Taviznilla y Tavizna para embalsar las aguas del Gaduares y producir electricidad. La gran permeabilidad de la roca caliza y los numerosos orificios de filtración hicieron que fuera un intento fallido, abandonado a su suerte en 1947.
Una suave cuesta nos saca del embalse, que culmina en el complejo del Hundidero que si deseamos podemos visitar. Lo componen: la visita bien acondicionada a la corona de la presa, una tirolina, un puente tibetano, la bajada a la boca de la cueva del Hundidero, por donde se pierden las aguas del Campobuche para reaparecer por la cueva del Gato (ojo, son más de 500 escalones y algunas rampas) y un reciente mirador. Visto el lugar, buscamos por un amplio carril el parking.
© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación Senderismo El Tercer Tiempo
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