Ruta
diseñada para aprovechar tramos de las dos vías pecuarias que le dan título y,
además, su gran belleza en primavera, aunque cualquier época del año (excepto
verano) es agradable pasear por estos lugares cargados de historia pecuaria, tradición
ganadera que se mantiene en la actualidad con varias cabrerizas y majadas. Un
tercer objetivo era localizar y visitar las cuevas de Garabaquín, sitio con
registro arqueológico medieval/andalusí de época seguramente califa/taifa;
topónimo con el claro prefijo árabe «Gar = Cueva». Usamos como puntos de inicio
y llegada la CA-8102 (Prado del Rey-Zahara), separados entre sí unos 4,5 km,
por lo que implica planificar antes el tema de los coches. Nosotros salimos
superado el km 7 (rancho de Comares) y llegamos al km 11,5 (rancho de Las
Casas). Las dos vías son muy agradables de caminar, debiendo tenerse muy en
cuentas los periodos de lluvias abundantes que enfangan determinadas zonas y el
cruce de los numerosos arroyos. Para el último enlace con la carretera
utilizamos la vereda de Madrigueras, todos caminos públicos perfectamente
transitables.
Datos:
10 km / Desniveles: +114 -54 m / Primavera de 2022 / Fácil
Laruta en Wikiloc
Iniciamos
la ruta frente al cortijo de Comares. La angarilla de la imagen nos da paso al
carril a seguir. Hay aparcamiento para 6-8 coches.
Precioso
inicio de nuestra ruta. Tras las lluvias de marzo de 2022 la floración ha sido
espectacular. Estamos dentro del término municipal de Zahara y en el mismo
límite del Parque Natural Sierra de Grazalema.
El
camino baja buscando el cruce del primer arroyo. Lugar sombrío y húmedo.
A
nuestra izquierda nos acompañará todo el sendero el arroyo del Chorreadero, procedente
de la ladera de sierra Margarita, que según los mapas pasará a ser después de
Comares y por último río Sarracín, desembocando en el Guadalete en Villamartín,
localmente como río Chico.
Pasado
el cortijo del Llano del Fresno el carril está mucho más transitado y pudimos
observar que se respeta la anchura de la colada. Cruce de un nuevo arroyo
intermitente tributario del Chorreadero.
Si
volvemos la vista atrás veremos como despunta sierra Margarita. Poco después de
este pequeño puerto que se forma pasaremos al término de Algodonales;
bordeando, entrando o saliendo del Parque.
Pronto
encontraremos a nuestra derecha la cañada de los Puertos, por donde debemos
tomar, pero para alargar un poco el paseo avanzamos por ella unos 400 m hasta
encontrarnos con un puente sobre nuestro arroyo acompañante.
Ya de
regreso por la cañada que se dirige a Zahara y Ronda, debemos cruzar por
primera vez el arroyo de Las Casas, nuestro nuevo acompañante. Cuidado, que
puede coger momentáneamente mucha agua.
A
medida que avanzamos desaparecen los campos de cultivo y aumenta la flora con
vegetación mediterránea dominada por grandes quejigos.
Tras
cruzar una angarilla, que solo suele estar atada con un cordel, nos acercamos a
la fuente del Cebollar. Por allí suelen agruparse las cabras de una gran
cabreriza cercana. En su momento fue catalogada en Conoce tus Fuentes por
nuestro amigo José Manuel Amarillo. Enlace.
Segundo
cruce del arroyo de Las Casas.
Además de montar la
ruta, hacerla accesible y publicarla en nuestro blog, tratábamos de localizar
las denominadas cuevas de Garabaquín, que aparece en bastantes mapas antiguos,
y de la que ya habló José M. Amarillo en 2012 en su blog Naturaleza,
Sitios y Gentes, concretamente en la entrada titulada «La cueva de
Garabaquín… o como cualquier excusa es buena para salir al monte».
Contactamos con él y amablemente nos facilitó la antigua publicación. Tomadas
las oportunas referencias de los mapas y vistas de Google Earth iniciamos la
compleja búsqueda entre los cerros candidatos.
Con
bastante dificultad, agobiados por las alambradas y la espesa vegetación
pateamos la zona hasta que la suerte nos situó frente a este roquedo, bajo el
cual se abría la boca de un pequeño abrigo, de unos 4 m de anchura y poco menos
de profundidad, con claros signos de ocupación anterior por las cenizas y las
paredes ennegrecidas por el humo. La impresión es de haber sido un refugio
pasajero de la cercana cañada de los Puertos a Ronda que limita el entorno
agreste por un lado y el pequeño regato de Comares (otro Comares) por otro.
Aunque algunos lugareños nos hablaron de leyendas sobre un bandolero o maqui
llamado Garabaquín que se refugiaba aquí, no hemos hallado ninguna referencia;
además, su pequeñez no permite aventurar este como un lugar para ocultarse de
forma permanente, sí lo recóndito del cerro para ocultarse temporalmente o
salvar un aguacero.
Imagen
más cercana con clara observación del techo ennegrecido e indicios de tierra
muy suelta que hacen pensar en una profundidad y capacidad anterior mayor.
Puestos a investigar encontramos varias referencias que nos confirman su
importancia y antigüedad. Así, en el libro A los pies de Matrera podemos
leer: «Hay que señalar la existencia de un pequeño arroyo llamado también de
Comares, que es el que citan autores como tributario del de Las Casas, junto al
de La Dehesa y Zarza. En un testimonio de 1863 [Expediente practicado por
el duque de Osuna por un pleito de términos con Zahara], aparece nombrado
como arroyo Garabaquín por la cueva del mismo nombre situada en su
desembocadura».
Vista
hacia el cerro gemelo desde su interior. Siguiendo con las referencias, en el artículo
de congreso «El periodo omeya entre Šidūna y Tākurunnā. Una aproximación
arqueológica. Poblamiento de cuevas», se expone lo siguiente: «En el entorno
de la Villa de Zahara, se citan otras áreas de residencia, todas ellas de
tamaño reducido, que ocupan cuevas o covachas o bien se disponen en su entorno
próximo. Este es el caso de las Cuevas de Garabaquín, entre el término
municipal de Algodonales y el de Zahara, que ocupa dos promontorios ceñidos por
un arroyo [el otro Comares], tributario del de Las Casas, y por la
Cañada Real de Los Puertos a Ronda. En el más occidental se encuentra el
pequeño abrigo de Garabaquín, en el que no hemos observado restos, mientras
que, en el oriental, documentamos una pequeña dispersión de material
constructivo (tejas decoradas con digitaciones) y cerámica de cocina
indeterminada a mano, probablemente marmitas, y algunos fragmentos de
jarritas/os con pastas más depuradas y facturas a torno».
Tras
localizar Garabaquín I, buscamos el segundo abrigo, sin referencia alguna, por
ambos cerros gemelos. La subida a sus cumbres nos permitió tener esta magnífica
panorámica del trazado de la cañada, del grupo de singulares quejigos que
veremos en fotos posteriores y en la culminación del horizonte la sierra de El
Gastor, despuntando el Algarín y las Grajas.
Si no
hay una tercera cueva, pensamos que este es el segundo abrigo de Garabaquín,
algo más ancho que el anterior (unos 5 m) pero muy colmatado por la tierra
acarreada desde arriba por escorrentías y posibles derrumbes. El cabrero nos
aseguró que él, de niño, cuando estaba más limpia la boca, había entrado unos
10 m.
Nos
aproximamos y vimos claramente como se estrechaba y profundizaba el orificio de
entrada. Observamos abundante osamenta, muy posiblemente resto de la cabra
muerta que encontró José M. Amarillo en su visita de 2012. También parece
posible otra argumentación de nuestro amable cabrero (lamentamos no haberle
preguntado su nombre) al indicarnos que había visto entrar y salir murciélagos
de ella.
Retomamos
el sendero y entramos en el tramo más bonito de la cañada: lirios, viejos esqueletos
de quejigos que ya culminaron su ciclo vital, …
…campos
adehesados salpicados de encinas y de viejos olivos, …
…más
quejigos con la nueva y brillante hoja primaveral, …
…rincones
de umbría que invitan al descanso y a disfrutar de los olores de la primavera,
…
…pequeños
bosquetes con ejemplares singulares por su porte, …
…como
este bajo el que pasan los compañeros.
A
nuestra izquierda dominan más los cerros, algunos de ellos rocosos como el del
Acebuchoso que hemos dejado atrás, olivos o acebuches y encinas y más cabras
dueñas de este hermoso y florido prado, cuya leche seguramente sabrá a miel.
Cruce
del arroyo de la Zarza. Dispone de una pasadera a la izquierda.
Pequeño
manantial abandonado en una zona encharcada que en su momento trataron de
proteger con un sencillo brocal para darle forma de pozo manante, hoy día casi
colmatado por las escorrentías.
Último
de los regatos que debemos cruzar, el de la Dehesa. Tras él, por donde van los
amigos senderistas, la cañada asfaltada. A la izquierda va hacia la pedanía de
Madrigueras.
Avanzamos
unos 700 m por la carreterilla, aunque sigue siendo cañada, y la tarde nublada
libera un rayo de luz que incide fastuoso sobre el peñón Algarín. Poco después
torceremos a la derecha, abandonando la cañada y entrando en la vereda de
Madrigueras.
En lo
que pudo ser un descansadero nos encontramos este gran pilar totalmente seco
por faltarle comunicación con el manantial situado más arriba. Vemos el
deterioro de los pilones más pequeños, aunque el frontispicio permanece en
estado aceptable. Nos informan que se conocía como pilar de la Dehesa, al igual
que el arroyo cercano.
El
caprichoso rayo de luz abandonó la sierra de El Gastor y corrió a iluminar el
bellísimo pueblo de Zahara y parte de la peña, dejando sombrío a la torre del
homenaje de su castillo.
Fin
del recorrido, estamos nuevamente en la carretera local Prado-Zahara. Las
últimas luces del atardecer dan este tono singular a los campos de cereales. Al
fondo la sierra de Líjar, acomodado en su ladera baja Algodonales.
Ruta
para recrearse en ella, hacer cuantas paradas estimemos oportunas y charlar con
los pastores y cabreros, siempre con cuidado de los perros que cuidan del
ganado.
Agradecimientos
José
Manuel Amarillo, del blog Naturaleza, Sitios y Gentes.
José
María Gutiérrez López.
A
nuestro amable cabrero que nos aportó importante información.
Bibliografía
GUTIÉRREZ
LÓPEZ, J. M. y MARTÍNEZ ENAMORADO, V. A los pies de Matrera (Villamartín,
Cádiz): un estudio arqueológico del oriente de Šid̲ūna. Ayuntamiento de
Villamartín, 2015.
GURIÉRREZ
LÓPEZ, J.M e IGLESIAS GARCÍA, L. El periodo omeya entre Šidūna y Tākurunnā.
Una aproximación arqueológica. Artículo de congreso.
© del
texto e imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de
la publicación «Blog de senderismo El Tercer Tiempo».
1 comentario:
Magnífico trabajo, para disfrutarlo visualmente como se puede hacer por sus excelentes fotografías.
No es lo mismo verlo aquí que en la realidad pero agradezco la oportunidad de poderlo conocer desde mi sillón.
Gracias senderistas
maese (José Luis Sánchez)
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