Partiendo
de la misma carretera que sube desde Zahara hasta el puerto de las Palomas
encontramos la entrada a este sendero oficial que nos lleva hasta la base del
Pinsapar. Una amplia pista forestal se abre paso entre un denso bosque
mediterráneo salvado de los incendios acaecidos en diversas épocas. Una vez
superado el cerro del Montón se abre el horizonte y aparece en toda su magnitud
el gran pinsapar, enclavado en medio del circo del Pinar. Sierras y cerros
emblemáticos aparecen por doquier, sin olvidarnos de la Garganta Verde. La ruta
se completa con el Circuito de los Pinsapos.
Datos:
Unos 11 km (I-V), 9 sin el circuito. Unas 4 horas como mínimo. Escasos
desniveles. Con permiso a conseguir en el Centro de Visitantes u Oficinas del
Parque (grupos) ya que entramos en la Zona de Reserva. Mayo de 2014.
Accedemos
a la pista forestal por la escalerilla situada a la izquierda. Habremos llegado
hasta aquí procedentes de Zahara de la Sierra por la carretera que sube hacia
Grazalema (entrada en este caso a la derecha) o al contrario, bajando desde el
puerto de las Palomas. El aparcamiento a un lado y otro es amplio.
A nuestra
derecha nos llamará la atención esta gran brecha por la que se encaja el arroyo
del Pinar y que no es otra que la Garganta Verde. A izquierda y derecha Los
Pilones y el cerro Cambronero.
Tras superar algunas curvas aparece el Montón o
cerro de los Ballesteros (1.042 m). Nuestra pista se intuye bordeándolo por la
derecha y la cañada que se forma a la izquierda (también de los Ballesteros)
lleva a la Viña del Moro, aunque su tránsito está restringido. Al otro lado del
cerro prolifera un singular alcornocal sobre calizas lavadas que es toda una
excepción.
El punto más bajo de la ruta (unos 700 m) coincide con esta calera.
Un panel informativo nos explica con claridad la forma de obtener antaño la cal
viva.
Cerro de la Cornicabra (1.289 m) perteneciente a la sierra de Zafalgar.
La
totalidad de las aguas recogidas en las Caídas de la sierra del Pinar son
drenadas por el arroyo del Pinar hacía la Garganta Verde donde pasa a llamarse arroyo
Bocaleones.
Quejigos con su nuevo y verde follaje primaveral jalonan el camino.
Cada vez más cerca el Pinsapar.
Vemos en detalle el tramo de crestería que desciende
hacia Benamahoma. El más alto el Torreón (1.648 m), después un rosario de
nombres difíciles de situar con exactitud: Circo, Cerezo o Mellizo, pico de la
V, Águila, Puntal, La Torre, Espolones…
Llevamos andando una hora
aproximadamente cuando aparecen los Llanos del Rabel (también Revés), cruzados
por varias pistas forestales. Unos chopos señalan la fuente de Frías o pilar
del Rabel, las copas cónicas, verde oscuro, los pinsapos (por el cerrete de la
izquierda discurre el Circuito de los Pinsapos) y ya en lo alto el omnipresente
Pinsapar y la Crestería.
Cuando veamos este puente podemos abandonar la pista
por la derecha para cruzar el arroyo, ver el vivero y encaminarnos hacia la
fuente donde se inicia el circuito.
Vivero de los Llanos donde se engendran plantones
de diversas especies autóctonas como pinsapos, quejigos, encinas, algarrobos…
En esta visita vemos cierto abandono y falta de plantones como en otras
ocasiones.
Los Llanos pudieron ser cultivados en épocas anteriores, usados los
grandes árboles para el carboneo, de ahí las zonas aclaradas, y la fuente como
lugar de abastecimiento para los enclaves cercanos donde se supone se tocaba el
rabel y las leyendas sitúan los clásicos encuentros entre los mozos que bajaban
desde la cercana Viña del Moro y las mozas de los Llanos donde quedan restos de
varias viviendas y corraletas ganaderas.
Fuente de Frías o pilar del Rabel.
El manantial se sitúa en las cercanías con abundante caudal que lleva sus aguas
a otros pilones e incluso a Zahara de la Sierra.
El gran cerro de San
Cristóbal, visible incluso desde el Atlántico, quita protagonismo al Torreón,
pese a sus "solo" 1.525 m. Descarnadas y calcáreas laderas contrastan
con el verde pinsapar que crece bajo su sombra. A la derecha el inicio de la
crestería.
Unos paneles informativos nos informan del lugar y otro a su lado
nos dirige hacia el Circuito de los Pinsapos. Para iniciarlo debemos cruzar uno
de los brazos del arroyo del Pinar por esta pasarela.
Estos ruscus son muy
abundantes en el sotobosque que tapiza la base del cerro por donde discurre el
circuito. Lo que parecen hojas son realmente expansiones laminares del tallo
sobre las que aparecen las verdaderas hojas de diminuto tamaño, la flor y el
fruto en forma de baya que es comido por los animales que se encargan de la
expansión de las semillas.
El sendero del circuito, trazado no hace muchos años,
nos permite adentrarnos en la misma base del Pinsapar. Desde los Llanos nos
elevamos unos 140 m con la ayuda de escalones formados por troncos y peldaños
de losas de piedra en los puntos más complicados.
Un claro entre el bosque y el
zoom nos permite acercarnos al Torreón.
Las diversas tonalidades de verde y
formas nos marcan la presencia de quejigos y pinsapos.
Ya a la salida del
circuito encontramos grandes vistas hacia la sierra de las Cumbres y Las Lomas
donde observamos pequeños pinsapares en las zonas más orientadas hacia el norte.
En este punto finaliza
el bucle del Circuito de los Pinsapos y un sendero nos conduce otra vez hacia
los Llanos.
En esta zona es donde encontramos restos de caseríos, corraletas
para animales y grandes quejigos con poderosas sombras sobre el verde césped que
invita a un largo descanso antes de regresar.
Para volver a la pista de regreso
usamos este badén por el que corre el principal brazo del arroyo del Pinar. Si
fuera muy abundante el caudal tendríamos que usar el puente de madera.
Nos
despedimos del lugar volviendo la vista hacia las Caídas del Pinar. Hemos situado
al “techo de la provincia” en el centro de la imagen intentando que la
perspectiva haga que resalte un poco más este gran cerro sin cumbre apreciable.
Mapa
tomado del folleto editado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía (www.ventanadelvisitante.com).
Sobre el suave perfil de la pista forestal destaca el pequeño desnivel del Circuito
de los Pinsapos.
2 comentarios:
Pedro, magníficas fotos. Para tu info estuve preguntando a la guardería como se llamaba aquel cerro y me dijeron "Cerro de los Quejigos".
Saludos Jose Manuel. Gracias
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