miércoles, 23 de octubre de 2019

Travesía Villamartín-Bornos


Siempre es una satisfacción poner en comunicación mediante un sendero dos pueblos cercanos como son Villamartín y Bornos usando caminos tradicionales cuando ha sido posible, el antiguo trazado del ferrocarril de la Sierra y carriles ganaderos. No obstante, y esto es importante, aclarar, que debido a su trazado por el vaso del embalse de Bornos, solo es posible en determinadas condiciones:
● El embalse debe estar por debajo de un 50-60% de su capacidad.
Tras lluvias persistentes, aun estando el embalse con bajo nivel, es posible que no se pueda transitar bien por el barro.
Hay un tramo de tarajal (waypoint 03-Entrada al tarajal-04-Puente de los Hierros) que tiende a cerrarse dificultando el paso. Solo una actuación de desbroce mejoraría el trayecto.
La ruta la realizamos el 2 de octubre de 2019 veintiséis componentes del grupo de senderismo El Tercer Tiempo sin ninguna dificultad, tras aclarar un poco el tramo inicial del tarajal.
La ruta en Wikiloc: Descarga del track y Waypoints.

Elegimos como punto de salida el parking del polideportivo municipal de Villamartín, por la facilidad que ofrece para el aparcamiento de los vehículos.

Aunque como salida oficial hemos considerado el monumento-rótulo «Villamartín» situado en el inicio de la avenida de Arcos, a la altura de la Casilla de la Luz, frente al Parque de las Encinas. Desde ahí tomamos la antigua carretera de Jerez que pronto se convierte en un estrecho sendero…

…por el que llegamos a un edificio abandonado conocido como la antigua Cruz Roja, por ser un puesto donde los soldados de Villamartín y Bornos hacían la mili, equipado con una ambulancia de atención inmediata. Siguiendo las flechas bajamos bajo el eucaliptal buscando una cancela que dejaremos cerrada. A partir de aquí el track de la ruta, por ahora, se hace imprescindible ya que no hay ninguna señalización.

Buscando un hueco entre los grandes tarajes entramos en el Paraje Natural del Embalse de Bornos. Es el tramo más complejo, donde llega el agua del embalse a alta capacidad.

Hace unos años existía un camino, cuando el tarajal no se había extendido por esta zona de reculaje de las aguas, que apenas se logra encontrar, por lo que fue necesario el paso lento de los senderistas pisoteando bien los altos yerbajos.

Vemos una vista aérea de 2018 y el trazado de este tramo (03-Entrada al tarajal-04-Puente de los Hierros) con un espeso bosque de tarajes, buscando el paso por debajo del puente Nuevo de Villamartín de 1974-75, para acceder a la antigua carretera y cruzar el Guadalete. Son 525 m realmente complejos, no tanto por los arbustos, sino por el alto herbazal. Siempre está la alternativa, desde la Cruz Roja, de avanzar siguiendo la A-384. Nosotros la descartamos por tener que cruzarla.

Cruzaremos el río por el puente de los Hierros. Sustituyó a otro antiguo de mampostería que acabó destruido por la gran riada de 1917. Desde esa época, hasta su puesta en funcionamiento en 1923, para cruzar el Guadalete fue necesario utilizar una barcaza. Para más información puedes consultar este enlace del blog «Villamartín.Cádiz». Avisar que su estado es lamentable y debemos tomar todas las precaucione por haber grandes agujeros y grietas.

Curiosamente, a medida que avanzamos, pasaremos del término municipal de Villamartín al de Arcos (solo unos metros) y finalmente al de Bornos, aunque catastralmente parece ser que todo el polígono en el que se encuentra pertenece a este último pueblo. A su deterioro por abandono se han unido los actos vandálicos y poco a poco le están cortando las tirantas para ser vendidas como chatarra. La colocación de unos bolardos en la entrada podría mitigar su desmontaje, ya que los desaprensivos meten las furgonetas hasta su interior, buscando la protección del arbolado para cortar el hierro.

En una zona, a la salida del puente, donde aún se percibe un antiguo cruce tomamos por una angarilla la antigua carretera de Jerez, que en los primeros metros se percibe asfaltada. Entre el alto tarajal vemos Villamartín.

Nuevamente debemos cruzar otra zona del tarajal. Al seguir la antigua carretera es un poco más cómodo, aunque pronto aparece cubierta una capa terrosa aportada por el Guadalete en su proceso de colmatación del vaso del embalse.

Para trazar el sendero hicimos varias visitas a la zona. En el atardecer de un par de días antes de la ruta pudimos fotografiar este esqueleto de eucalipto en mitad de los tarajes usados por las grajillas como posadero. Es un buen punto de referencia que se ve desde lejos.

Finalmente logramos salir de la frondosidad buscando caminos usados por los ganaderos y sus animales. Nos llama la atención este puente, que realmente es un paso elevado del primitivo trazado del ferrocarril Jerez-Almargen (hacia 1928-1930). Por la trinchera (aún perceptible) debería pasar el tren y por arriba la carretera.

A nuestra derecha se suceden grandes eucaliptos y tras ellos los cultivos cercano al pueblo de colonización Coto de Bornos. Cada cierto tiempo vemos tramos abandonados de acequias que no nos queda muy claro su origen. Podrían pertenecer a un antiguo proyecto que no llegó a completarse para poner en riego la zona que después ocupó el embalse.

Un arroyo, alimentado por el drenaje de las terrazas de regadío nos cortará el paso. Bastará que nos elevemos un poco para cruzarlo con más facilidad, salvo en época de lluvias que se complicará su cruce. Pero entonces ya hemos comentado que no es aconsejable hacer esta ruta.

Al habernos elevado sobre el valle aparece la gran planicie que forma la zona de reculaje y el paraje natural: tarajes aislados, altos herbajes secos en la zona inundable, de color verde el trazado del río, zonas de cultivos y al fondo la sierra de Grazalema, donde destaca el pico más alto de la provincia, el Torreón.

Una zona verde nos llama la atención, nos desviamos ligeramente y encontramos el manantial del Tarajal, catalogado por P. Sánchez Gil en 2017. «Enlace a suficha».

A las aguas del manantial y el humedal que forma, acuden caballos y vacas a saciar su sed, formando esta bonita imagen en la que ya aparecen las aguas del embalse. Esa extensa zona verde es un incipiente tarajal y otras plantas que intentar formar boscaje. Si con la llegada de las lluvias otoñales el embalse sube, las plantas quedarán bajo sus aguas y desaparecerán, para hacer un nuevo intento con la llegada del estiaje.

Con mucho zoom acercamos la sierra de la Silla, bien visible en su estructura desde esta zona: Silla, lomo, Adrión, varios cerros contiguos y en el último el castillo de Cardela o Fátima.

Imponente sobresale el Torreón por encima de los rastrojos dorados por el atardecer.

Nuevo arroyo, este con más caudal, que provoca una zona de verdor antes de llegar al embalse.

Si fuera necesario podemos usar esta antigua alcantarilla del citado ferrocarril para cruzar el regato y después volver al camino.

Las orillas del embalse, en su progresivo descenso van dejando trazados unos llamativos arcos de círculo que se extienden por toda la cuenca reseca.

Hasta el cuarteado lecho de la zona pantanosa bajan las vacas buscando el alimento, escoltadas cada una de ellas por su correspondiente grupo de garcillas bueyeras.

En nuestro avance nos acercamos por fin a las aguas del embalse, siempre con el fondo de la sierra, donde el Torreón va tapando al San Cristóbal (pico a su izquierda).

Justo en el límite de las aguas un grupo de flamencos doblan su cuello introduciendo su extraño pico en el barrizal en zona cercana a sus patas donde proceden al filtrado del lodo para extraer de él crustáceos, moluscos, algas, raicillas…

Al acercar la imagen, junto a los flamencos aparecen también varias garzas, patos y pequeñas aves limícolas.

Vemos la actitud estática de esta garza real a la espera de que alguna carpa, reptil o anfibio pase por las cercanías de su certero pico.

En zona inundable y libre en estos momentos aparecen los restos de lo que podría ser un antiguo horno romano.

En esta otra imagen de su interior vemos la bóveda de la cámara de cocción.

Aunque nos mantenemos dentro de la zona de la Confederación, encontramos algunas alambradas con pasos para separar unas concesiones ganaderas de otras.

Avanzamos por una península poblada de eucaliptos y conocida como Las Pitas cuando aparece Bornos a los pies de su sierra. Entre nosotros y el pueblo uno de los brazos del embalase, el que se corresponde con el antiguo valle del arroyo de Almarda.

Al elevarnos un poco sobre la imagen anterior aparecen las aguas del embalase, a la que se acerca gran cantidad de ganado vacuno que pacen en semilibertad por la zona. Arriba Bornos.

Avanzando por zona cercana al cortijo de Benalid aparece esta larga acequia con aspecto de acueducto; como comentamos antes restos de esos proyectos de regadío de estos llanos.

Tras superar la acequia anterior torcemos a nuestra izquierda buscando este solitario puente, construido hacia 1928-1930 para que el tren pudiera cruzar el arroyo de Almarda, hecho que nunca llegó a ocurrir por el abandono del proyecto a principios de la década de 1930. Ahora, con el embalse a un 25% de su capacidad, queda totalmente libre de las aguas, pero lo normal es que esté semisumergido o incluso totalmente inmerso en el gran lago.

En determinados momentos nos vendrá bien para cruzar las aguas del Almarda o el remanso del embalse. En esta ocasión (octubre de 2019) no era necesario, pero preferimos usarlo y pensar en ese tren de vía estrecha que tenía previsto cruzarlo antes de 1935. En esta zona todo estuvo preparado, solo faltaron los raíles, las locomotoras y los vagones.

Le pedimos a unos compañeros que posaran en una de sus robustas pilastras y poder comparar el proceso de colmatación ocurrido en estos últimos 90 años y sobre todo en los últimos 58 años de vida del embalse.

Por suerte, y gracias al farmacéutico y fotógrafo Ramón de la Rosa y al coleccionista Jesús Mozo, podemos contemplar esta magnífica instantánea de alrededor de 1929-1930 de este puente o paso inferior recién construido. Hemos medido los bloques de sillería de los pilares y comparado las imágenes separadas por unos 90 años y llegamos a la conclusión de que en la parte central se ha producido una colmatación de 3,80 m. (Del libro Villamartín. Imágenes de un Siglo III).

Del mismo autor hay un segundo negativo del que hemos podido obtener esta otra perspectiva del puente usado por un arriero y su burro. (Del libro Villamartín. Imágenes de un Siglo III).

A partir del puente anterior seguimos el trazado de la vía y a poca distancia encontramos esta otra pasadera próxima a ser fagocitada por los sedimentos del vaso del embalse. En su momento debió tener entre 2 y 3 m de altura.

Avanzamos ahora por senderos de los ganaderos ya relativamente cerca de Bornos. Nueva mirada al agradable paisaje que nos ofrecen los caballos galopando por el gran llano, las aguas azuladas del embalse o pantano como es denominado en la zona y la imponente sierra de Grazalema, ahora totalmente dominada por el Torreón (1654 m), ya a punto de ocultar al San Cristóbal.

Nos desviamos sólo unos metros para hacer una breve visita al molino harinero de Huerta Larga, catalogado en 2017 por J.A. González Castilla y P. Sánchez Gil. «Enlace a Conocetus Fuentes».

A poca distancia y en el mismo borde de las aguas vemos otro de los grandes molinos de la llamada Rivera del Nacimiento, donde llegaron a alinearse hasta 10 ingenios hidráulicos. El que vemos en la imagen es el de Zara, catalogado por los mismos autores. «Enlace».

Reanudamos el camino y localizamos estas ruinas pertenecientes a la antigua estación de Bornos.

Hemos recurrido al Blog «Bornichos por el mundo» para localizar una foto de la estación en pie, que mantiene la estructura similar, pero no igual a la de Villamartín. La imagen podría pertenecer al reportaje que encarga el Ayuntamiento de Jerez en 1954 para comprobar el estado del abandonado proyecto.

Una vez superada la estación tenemos varias opciones: seguir hasta el embarcadero, entrar hacia el pueblo por cualquiera de sus calles que dan a este lado del embalse o como hicimos nosotros acceder por la prolongación de la calle Granada e inmediatamente torcer a nuestra derecha para incorporarnos al polígono industrias Cantarranas donde nos esperaban algunos coches.

Como vemos una interesante travesía de 14 km sin apenas desnivel (entre los 98 y los 120 m) que podría ser asumida como recorrido local (RL) tanto por el Ayuntamiento de Villamartín como por el de Bornos, con el consiguiente permiso de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Es evidente que cada senderista podrá elegir como punto de salida Villamartín o Bornos de manera indistinta. Dada nuestra climatología, con largo periodo de estiaje del embalse, podría hacerse desde el final de la primavera hasta la llegada de las lluvias otoñales.
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© del texto, P. Sánchez Gil (Senderismo Tercer Tiempo).
© de las imágenes, P. Sánchez Gil, E. Pangusión Cigales, Juan Cabral y lo señalado en la publicación.
© de la publicación, «Grupo de Senderismo ElTercer Tiempo».

1 comentario:

Unknown dijo...

Misterios de una tierra por descubrir..