Siempre
es una satisfacción poner en comunicación mediante un sendero dos pueblos
cercanos como son Villamartín y Bornos usando caminos tradicionales cuando ha
sido posible, el antiguo trazado del ferrocarril de la Sierra y carriles
ganaderos. No obstante, y esto es importante, aclarar, que debido a su trazado
por el vaso del embalse de Bornos, solo es posible en determinadas condiciones:
●
El embalse debe estar por debajo de un 50-60% de su capacidad.
●
Tras lluvias persistentes, aun estando el embalse con bajo nivel, es posible
que no se pueda transitar bien por el barro.
●
Hay un tramo de tarajal (waypoint 03-Entrada al tarajal-04-Puente de los
Hierros) que tiende a cerrarse dificultando el paso. Solo una actuación de
desbroce mejoraría el trayecto.
La
ruta la realizamos el 2 de octubre de 2019 veintiséis componentes del grupo de
senderismo El Tercer Tiempo sin ninguna dificultad, tras aclarar un poco el
tramo inicial del tarajal.
La
ruta en Wikiloc: Descarga del track y Waypoints.
Elegimos
como punto de salida el parking del polideportivo municipal de Villamartín, por
la facilidad que ofrece para el aparcamiento de los vehículos.
Aunque
como salida oficial hemos considerado el monumento-rótulo «Villamartín» situado
en el inicio de la avenida de Arcos, a la altura de la Casilla de la Luz,
frente al Parque de las Encinas. Desde ahí tomamos la antigua carretera de
Jerez que pronto se convierte en un estrecho sendero…
…por
el que llegamos a un edificio abandonado conocido como la antigua Cruz Roja,
por ser un puesto donde los soldados de Villamartín y Bornos hacían la mili,
equipado con una ambulancia de atención inmediata. Siguiendo las flechas
bajamos bajo el eucaliptal buscando una cancela que dejaremos cerrada. A partir
de aquí el track de la ruta, por ahora, se hace imprescindible ya que no hay
ninguna señalización.
Buscando
un hueco entre los grandes tarajes entramos en el Paraje Natural del Embalse de
Bornos. Es el tramo más complejo, donde llega el agua del embalse a alta
capacidad.
Hace
unos años existía un camino, cuando el tarajal no se había extendido por esta
zona de reculaje de las aguas, que apenas se logra encontrar, por lo que fue
necesario el paso lento de los senderistas pisoteando bien los altos yerbajos.
Vemos
una vista aérea de 2018 y el trazado de este tramo (03-Entrada al
tarajal-04-Puente de los Hierros) con un espeso bosque de tarajes, buscando el
paso por debajo del puente Nuevo de Villamartín de 1974-75, para acceder a la
antigua carretera y cruzar el Guadalete. Son 525 m realmente complejos, no tanto
por los arbustos, sino por el alto herbazal. Siempre está la alternativa, desde
la Cruz Roja, de avanzar siguiendo la A-384. Nosotros la descartamos por tener
que cruzarla.
Cruzaremos
el río por el puente de los Hierros. Sustituyó a otro antiguo de mampostería
que acabó destruido por la gran riada de 1917. Desde esa época, hasta su puesta
en funcionamiento en 1923, para cruzar el Guadalete fue necesario utilizar una
barcaza. Para más información puedes consultar este enlace del blog «Villamartín.Cádiz».
Avisar que su estado es lamentable y debemos tomar todas las precaucione por
haber grandes agujeros y grietas.
Curiosamente,
a medida que avanzamos, pasaremos del término municipal de Villamartín al de
Arcos (solo unos metros) y finalmente al de Bornos, aunque catastralmente
parece ser que todo el polígono en el que se encuentra pertenece a este último
pueblo. A su deterioro por abandono se han unido los actos vandálicos y poco a
poco le están cortando las tirantas para ser vendidas como chatarra. La
colocación de unos bolardos en la entrada podría mitigar su desmontaje, ya que
los desaprensivos meten las furgonetas hasta su interior, buscando la
protección del arbolado para cortar el hierro.
En
una zona, a la salida del puente, donde aún se percibe un antiguo cruce tomamos
por una angarilla la antigua carretera de Jerez, que en los primeros metros se
percibe asfaltada. Entre el alto tarajal vemos Villamartín.
Nuevamente
debemos cruzar otra zona del tarajal. Al seguir la antigua carretera es un poco
más cómodo, aunque pronto aparece cubierta una capa terrosa aportada por el
Guadalete en su proceso de colmatación del vaso del embalse.
Para
trazar el sendero hicimos varias visitas a la zona. En el atardecer de un par
de días antes de la ruta pudimos fotografiar este esqueleto de eucalipto en
mitad de los tarajes usados por las grajillas como posadero. Es un buen punto
de referencia que se ve desde lejos.
Finalmente
logramos salir de la frondosidad buscando caminos usados por los ganaderos y
sus animales. Nos llama la atención este puente, que realmente es un paso elevado
del primitivo trazado del ferrocarril Jerez-Almargen (hacia 1928-1930). Por la
trinchera (aún perceptible) debería pasar el tren y por arriba la carretera.
A
nuestra derecha se suceden grandes eucaliptos y tras ellos los cultivos cercano
al pueblo de colonización Coto de Bornos. Cada cierto tiempo vemos tramos
abandonados de acequias que no nos queda muy claro su origen. Podrían
pertenecer a un antiguo proyecto que no llegó a completarse para poner en riego
la zona que después ocupó el embalse.
Un
arroyo, alimentado por el drenaje de las terrazas de regadío nos cortará el
paso. Bastará que nos elevemos un poco para cruzarlo con más facilidad, salvo
en época de lluvias que se complicará su cruce. Pero entonces ya hemos
comentado que no es aconsejable hacer esta ruta.
Al
habernos elevado sobre el valle aparece la gran planicie que forma la zona de
reculaje y el paraje natural: tarajes aislados, altos herbajes secos en la zona
inundable, de color verde el trazado del río, zonas de cultivos y al fondo la
sierra de Grazalema, donde destaca el pico más alto de la provincia, el
Torreón.
Una
zona verde nos llama la atención, nos desviamos ligeramente y encontramos el
manantial del Tarajal, catalogado por P. Sánchez Gil en 2017. «Enlace a suficha».
A
las aguas del manantial y el humedal que forma, acuden caballos y vacas a
saciar su sed, formando esta bonita imagen en la que ya aparecen las aguas del
embalse. Esa extensa zona verde es un incipiente tarajal y otras plantas que
intentar formar boscaje. Si con la llegada de las lluvias otoñales el embalse
sube, las plantas quedarán bajo sus aguas y desaparecerán, para hacer un nuevo
intento con la llegada del estiaje.
Con
mucho zoom acercamos la sierra de la Silla, bien visible en su estructura desde
esta zona: Silla, lomo, Adrión, varios cerros contiguos y en el último el
castillo de Cardela o Fátima.
Imponente
sobresale el Torreón por encima de los rastrojos dorados por el atardecer.
Nuevo
arroyo, este con más caudal, que provoca una zona de verdor antes de llegar al
embalse.
Si
fuera necesario podemos usar esta antigua alcantarilla del citado ferrocarril para
cruzar el regato y después volver al camino.
Las
orillas del embalse, en su progresivo descenso van dejando trazados unos
llamativos arcos de círculo que se extienden por toda la cuenca reseca.
Hasta
el cuarteado lecho de la zona pantanosa bajan las vacas buscando el alimento,
escoltadas cada una de ellas por su correspondiente grupo de garcillas
bueyeras.
En
nuestro avance nos acercamos por fin a las aguas del embalse, siempre con el
fondo de la sierra, donde el Torreón va tapando al San Cristóbal (pico a su
izquierda).
Justo
en el límite de las aguas un grupo de flamencos doblan su cuello introduciendo
su extraño pico en el barrizal en zona cercana a sus patas donde proceden al
filtrado del lodo para extraer de él crustáceos, moluscos, algas, raicillas…
Al
acercar la imagen, junto a los flamencos aparecen también varias garzas, patos
y pequeñas aves limícolas.
Vemos
la actitud estática de esta garza real a la espera de que alguna carpa, reptil
o anfibio pase por las cercanías de su certero pico.
En
zona inundable y libre en estos momentos aparecen los restos de lo que podría
ser un antiguo horno romano.
En
esta otra imagen de su interior vemos la bóveda de la cámara de cocción.
Aunque
nos mantenemos dentro de la zona de la Confederación, encontramos algunas
alambradas con pasos para separar unas concesiones ganaderas de otras.
Avanzamos
por una península poblada de eucaliptos y conocida como Las Pitas cuando
aparece Bornos a los pies de su sierra. Entre nosotros y el pueblo uno de los
brazos del embalase, el que se corresponde con el antiguo valle del arroyo de
Almarda.
Al
elevarnos un poco sobre la imagen anterior aparecen las aguas del embalase, a
la que se acerca gran cantidad de ganado vacuno que pacen en semilibertad por
la zona. Arriba Bornos.
Avanzando
por zona cercana al cortijo de Benalid aparece esta larga acequia con aspecto
de acueducto; como comentamos antes restos de esos proyectos de regadío de
estos llanos.
Tras
superar la acequia anterior torcemos a nuestra izquierda buscando este
solitario puente, construido hacia 1928-1930 para que el tren pudiera cruzar el
arroyo de Almarda, hecho que nunca llegó a ocurrir por el abandono del proyecto
a principios de la década de 1930. Ahora, con el embalse a un 25% de su
capacidad, queda totalmente libre de las aguas, pero lo normal es que esté
semisumergido o incluso totalmente inmerso en el gran lago.
En
determinados momentos nos vendrá bien para cruzar las aguas del Almarda o el
remanso del embalse. En esta ocasión (octubre de 2019) no era necesario, pero
preferimos usarlo y pensar en ese tren de vía estrecha que tenía previsto
cruzarlo antes de 1935. En esta zona todo estuvo preparado, solo faltaron los
raíles, las locomotoras y los vagones.
Le
pedimos a unos compañeros que posaran en una de sus robustas pilastras y poder
comparar el proceso de colmatación ocurrido en estos últimos 90 años y sobre
todo en los últimos 58 años de vida del embalse.
Por
suerte, y gracias al farmacéutico y fotógrafo Ramón de la Rosa y al
coleccionista Jesús Mozo, podemos contemplar esta magnífica instantánea de
alrededor de 1929-1930 de este puente o paso inferior recién construido. Hemos
medido los bloques de sillería de los pilares y comparado las imágenes
separadas por unos 90 años y llegamos a la conclusión de que en la parte
central se ha producido una colmatación de 3,80 m. (Del libro Villamartín. Imágenes de un Siglo III).
Del
mismo autor hay un segundo negativo del que hemos podido obtener esta otra
perspectiva del puente usado por un arriero y su burro. (Del libro Villamartín. Imágenes de un Siglo III).
A
partir del puente anterior seguimos el trazado de la vía y a poca distancia
encontramos esta otra pasadera próxima a ser fagocitada por los sedimentos del
vaso del embalse. En su momento debió tener entre 2 y 3 m de altura.
Avanzamos
ahora por senderos de los ganaderos ya relativamente cerca de Bornos. Nueva
mirada al agradable paisaje que nos ofrecen los caballos galopando por el gran
llano, las aguas azuladas del embalse o pantano como es denominado en la zona y
la imponente sierra de Grazalema, ahora totalmente dominada por el Torreón
(1654 m), ya a punto de ocultar al San Cristóbal.
Nos
desviamos sólo unos metros para hacer una breve visita al molino harinero de
Huerta Larga, catalogado en 2017 por J.A. González Castilla y P. Sánchez Gil. «Enlace a Conocetus Fuentes».
A
poca distancia y en el mismo borde de las aguas vemos otro de los grandes
molinos de la llamada Rivera del Nacimiento, donde llegaron a alinearse hasta
10 ingenios hidráulicos. El que vemos en la imagen es el de Zara, catalogado
por los mismos autores. «Enlace».
Reanudamos
el camino y localizamos estas ruinas pertenecientes a la antigua estación de
Bornos.
Hemos recurrido al Blog «Bornichos por el mundo» para localizar una foto de la
estación en pie, que mantiene la estructura similar, pero no igual a la de
Villamartín. La imagen podría pertenecer al reportaje que encarga el
Ayuntamiento de Jerez en 1954 para comprobar el estado del abandonado proyecto.
Una
vez superada la estación tenemos varias opciones: seguir hasta el embarcadero,
entrar hacia el pueblo por cualquiera de sus calles que dan a este lado del
embalse o como hicimos nosotros acceder por la prolongación de la calle Granada
e inmediatamente torcer a nuestra derecha para incorporarnos al polígono
industrias Cantarranas donde nos esperaban algunos coches.
Como
vemos una interesante travesía de 14 km sin apenas desnivel (entre los 98 y los
120 m) que podría ser asumida como recorrido
local (RL) tanto por el
Ayuntamiento de Villamartín como por el de Bornos, con el consiguiente permiso
de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Es evidente que cada
senderista podrá elegir como punto de salida Villamartín o Bornos de manera
indistinta. Dada nuestra climatología, con largo periodo de estiaje del
embalse, podría hacerse desde el final de la primavera hasta la llegada de las
lluvias otoñales.
Versión
de esta entrada en PDF. «Enlacede descarga»
©
del texto, P. Sánchez Gil (Senderismo Tercer Tiempo).
©
de las imágenes, P. Sánchez Gil, E. Pangusión Cigales, Juan Cabral y lo
señalado en la publicación.
©
de la publicación, «Grupo de Senderismo ElTercer Tiempo».
1 comentario:
Misterios de una tierra por descubrir..
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