Se trata de un paseo de ida y vuelta desde las primeras casas del poblado de Tavizna (cercano a la localidad de El Bosque) hasta donde nos lo permitan las aguas embalsadas de los Hurones, pasando por zonas privadas (La Mezquitilla y la Esparragosilla), que permiten el paso siempre que no abandonemos el carril (así nos lo dijo uno de los propietarios). Tanto a la ida como a la vuelta se pueden observar buenas vistas hacía la sierra de la Silla, entorno del embalse y castillo de Aznalmara. La ruta es apta para todas las edades sin desniveles apreciables, muy adecuada, por el verdor del entorno, en primavera.
Datos: Distancia ida y vuelta: 12 km / Desnivel acumulado: 229 m / 3h 30 min / Marzo 2021
Vista aérea del punto de salida. Si venimos de El Bosque seguiremos el punteado rojo, pasando bajo un puente, para llegar al parking; si venimos de Ubrique el amarillo.
Antiguo puente sobre el río Tavizna, que recibe este nombre a partir de la unión del arroyo Pajaruco con el arroyo de la Garganta del Boyar.
Antiguo camping de Tavizna. Fue un lugar de acampada muy agradable, situado a orillas del río, apto para el baño.
Una ligera elevación en el sendero nos permite asomarnos en la lejanía a la loma de Albarracín que culmina en este horizonte en el alto del Puntal.
Cancela y paso lateral de acceso a las fincas privadas. Preguntamos sobre la necesidad de permiso y nos dijeron que los propietarios permitían el paso siempre que no se abandonara el carril. Hay otra cancela anterior que a veces la cierran al atardecer.
Nos desviamos momentáneamente para visitar esta fuente ornamental a las puertas del cortijo, con el perfil de la sierra de la Silla en el horizonte.
Este regato recoge las aguas sobrantes del nacimiento de la Esparragosilla a través del arroyo de La Lagunilla.
El embalse en marzo del 2021 estaba relativamente alto y sus aguas ocupaban las praderas de su ribera.
El punto hasta donde podamos llegar dependerá del nivel de las aguan del llamado también Charco de los Horones.
Vemos al fondo un cerro que destaca en el entorno. A través del eucaliptal intentaremos acercarnos a él.
Llegados al final de la pequeña península localizamos mejor El Cabezo (o Cabeza) de Santa María (443 m).
En una de sus laderas se observa una enorme “herida”, cantera que fue usada para la extracción de áridos con destino a la construcción de la presa.
Ya de regreso nos recreamos en la luminosidad del día, la pureza del aire de esa fecha y el amplio paisaje en el que destaca el perfil de la sierra de la Silla.
© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación Senderismo El Tercer Tiempo.
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