Tres son las metas de esta ruta, además de dar un amplio paseo por sierra Vaquera y seguir profundizando en esta última parte del tramo alto del Guadalete: visitar una amplia vega (Huerto Morisco) que coincide con la desembocadura y cono de deyección del arroyo de las Hermanillas, asomarnos desde lejos al interior de la Angostura del Guadalete en la Toleta y asistir al encuentro de las aguas del Guadalporcún con las del Guadalete en la Junta de los Ríos.
Trazado: Mixto, acaba en un amplio círculo. 18 km, dificultad baja. Hasta tres posibilidades de salida (19, 18 ó 13 km).
Fecha de la visita: Finales de abril de 2013.
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Tomamos como referencia de salida este caserón a medio construir (o a medio restaurar) situado a la altura del km 28 de la A-8126 que une la A-384 (Algodonales) con Coripe. Estamos en la provincia de Sevilla a la que hemos accedido un km antes por el puerto de la Araña. Si queremos podemos dejar el coche aquí y de paso visitar esta plantación de alcornoques.
Esta es otra opción, aparcar junto a la angarilla el coche y tomar el amplio carril dirección puerto del Acebuche distante 2,5 km. Este tramo es agradable, entre cerros de poco porte y cabecera de algunos arroyos que cruzaremos después. También podríamos hacer esta parte en coche y así ahorrar unos 5 km.
A unos 600 m de la cancela y muy poco antes de encontrar una balsa un cartel nos indica la existencia de una fuente. Nos adentramos entre la vegetación y aparece un gran pilón que la cartelería nombra como fuente El Pilar.
Si vamos atentos encontraremos el brocal de lo que parece un pozo, realmente es un nacimiento o manantial que afloraba por varios puntos, incluso podemos observar su circunferencia abierta por la que sin duda vierte cuando el nivel freático se eleva. Lo catalogamos como Pocillo Jara según nos señalan en La Muela. A poca distancia están las ruinas del rancho de las Majadillas.
Estamos en el puerto del Acebuche, presidido por un helipuerto. Iniciaremos el sendero, que a partir de aquí es circular, contorneando toda sierra Vaquera por la pista forestal de la izquierda y regresaremos por la de la derecha. Volvemos a estar en la provincia de Cádiz de la que ya no saldremos hasta volver aquí.
Nuestra primera meta. La vemos desde una de las laderas de sierra Vaquera y es esa preciosa vega conocida por Huerto Morisco. Casi tapado por la ladera el bosque galería que marca el curso del arroyo de las Hermanillas, siendo realmente ese gran triángulo que forma su cono de deyección. A la derecha el Guadalete.
Primera vista que tenemos de este estrechón que forma el Guadalete; siguiendo la nomenclatura de la zona lo llamamos segunda Angostura del Guadalete o de la Toleta, para distinguirla de la de Angostura de la Nava. Será nuestra segunda parada.
Nos metemos dentro de ella con el zoom. Ciertamente desde estas balconadas se aprecia mucho mejor su constitución y su estrechez, poco más de 10 m.
En este mismo mes de abril visitamos un paraje cercano (La Laja de los Juncales) donde situamos el Mirador de la Laja (M) que podemos ver ahora desde este carril de sierra Vaquera.
Al mantenernos a unos 400 m de altura, unos 200 m sobre el valle del Guadalete, tenemos una amplia panorámica del gran entorno que nos rodea, que no es otro que ese bello tramo del Guadalete entre La Nava y La Toleta. Frente a nosotros el cerro del Cincho y uno de los muchos cortafuegos en el que apreciamos unos “gusanitos” blanquecinos…
…que realmente son un gran rebaño de ovejas, muy abundantes en la zona por cierto, tratando de buscar comida en estas zonas más libres de la densa vegetación que cubre estos cerros. Sus balidos y campanilleos podían oírse por toda sierra Vaquera.
Serán muchas las vueltas que demos hasta bajar a la vega y muchos los momentos que nos apetecerá detenernos para contemplar estas laderas cuajadas de flores de todos los colores con predominio del amarillo. Observamos la línea que marcan los pinos que bordean el sendero. Dentro del óvalo amarillo destacamos el atajo que tomaremos al regreso para visitar la Angostura.
La pista se ve muy cuidada o fue muy bien hecha, los pinos afianzan uno de sus bordes y el pasear se hace muy agradable. Sentimientos contradictorios si pensamos en el gran desmonte realizado en su momento que la naturaleza trata de arreglar como veremos más adelante.
Aparece otra vez la vega (Huerto Morisco) ante nosotros, ahora el arroyo de las Hermanillas vemos que cruza casi por el centro del pequeño delta; en la ladera del cerro del Cincho un gran canchal yesífero que trata de colonizar una “punta de flecha” verdosa. Si nos fijamos en el mapa veremos que llegamos al gran prado por un sendero y volvemos por otro.
Esta es la pista de ida de la que se está apoderando la vegetación (coscoja, matagallos, madroños…). Hemos preferido esta opción para contemplar la panorámica más amplia posible hasta el final. El regreso lo haremos por una vereda muy bonita pero embutidos entre el denso y alto matorral.
Estamos en Huerto Morisco y lo primero que localizamos es la era.
Buscamos un punto cercano al Guadalete para cruzar el arroyo de las Hermanillas, de aguas claras y sonoras.
En algún punto podremos llegar hasta la misma orilla del Guadalete.
Nos apetecerá patear este precios lugar de algo más de 3 ha que forma un triángulo de 300 x 200 x 250 m lleno de encanto. En uno de sus laterales, sobre un bancal para protegerlo de las inundaciones, está la vivienda. Tuvo que ser una gran casa de dos plantas y cinco dependencias separadas. El derrumbe del techo ocupa casi media planta baja. Multitud de detalles nos llevarán a épocas de prosperidad de este caserío.
Adosado y comunicado con el hogar el horno, aceptablemente conservado; a su derecha un algarrobo se cuela por una de las ventanas del “soberao”.
Abandonamos sin ganas el precioso lugar, ahora por la vereda, para volver momentáneamente al carril de ida y tomar el atajo que señalamos antes. Ordenadas, saliéndose de la pista en busca de algún bocado y solas bajaban decenas de ovejas que pararon casi al unísono, quedaron silenciosas y “pensativas” ante nuestra presencia. Así se mantuvieron largo rato hasta que la primera decidió avanzar y las demás la siguieron.
Otra vez tendremos enfrente la gran garganta en la que se remansa el Guadalete para salir de ella con fuerza dejando en medio un banco de grava.
La estrecha vereda, densamente poblada de matorral, desemboca en un cortafuego por el que podemos acercarnos a la Angostura y de paso contemplar el cauce, alojado entre inclinadas laderas y densa vegetación de álamos, chopos, sauces y algún que otro eucalipto intruso.
Recomendamos esta visión de la Angostura, aunque al completo las mejores vistas están en los miradores ya señalados y desde lejos; si nos ponemos sobre el escarpe no veremos nada. Para situarnos aquí, al llegar al cortafuego, retrocederemos un poco río arriba, a la vez que bajamos. El lugar es centro de nidificación y merece respeto.
Subimos otra vez a la vereda y retomamos la ruta por un sendero semiabandonado pero suficiente para movernos; en algún tramo desaparece por lo que el GPS y una idea clara de por dónde nos desplazamos vendrá bien. A nuestra izquierda y a unos 700 m de la Angostura está este proyecto de complejo rural abandonado. Más adelante intuiremos los restos del Molino de la Luz.
Cruzando prados, en los que la senda apenas se hace visible por la eclosión primaveral, llegamos a la Junta de los Ríos de la Toleta (Guadalete-Guadalporcún). Recomendamos visitar la entrada correspondiente de este blog para entender bien este singular enclave. Vínculo.
Continuamos Guadalporcún arriba y antes de girar a la derecha para elevarnos otra vez por las laderas de sierra Vaquera, camino de la salida, podemos acercarnos al río. Los mapas registran en esta zona senderos por lo que debió existir un vado. Este lugar es conocido como Los Huertos.
Estamos a 180 m y debemos elevarnos hasta los 400 m quedándonos por delante laderas empinadas, con senderos poco marcados en algunos tramos, pero realmente bellos, como este trecho que mostramos en la imagen, adornado por albaidas o matas blancas (Anthyllis cytisoides).
Para poder hacer la ruta circular nos faltaba un tramo de unos 500 m de sendero que hemos resuelto con unos 150 m de monte bajo (sin ningún tipo de camino) hasta encontrar una alambrada y cruzarla sin dificultad por el lugar donde aparece un punto blanco (chapa de coto). Desde ahí bajamos por el cortafuego hasta el arroyo y lo subimos hasta dar con la pista forestal. En el mapa final se entiende mejor.
Ya en la carril podemos avanzar con presteza no dejando de observa el paisaje a nuestra izquierda donde siempre nos acompañará el valle del Guadalporcún y la Vía Verde. En la imagen el cerro del Castillo (489 m), horadado de parte a parte por un túnel de 990 m de lo que pretendió ser el ferrocarril de la Sierra.
Abusando de zoom digital acercamos una de las grandes obras del trazado ferroviario, el elegante y altivo viaducto de Gilete. No tardando mucho cumplirá un siglo.
A través del valle del Guadalporcún, bien encajado entre el Castillo y otro cerro de sierra Vaquera, podremos incluso asomarnos al área recreativa del Chaparro de la Vega, cercana a Coripe. La casita blanca es la ermita de Fátima.
Abundante y dando color grandes floreros de matagallos, con ellos ponemos fin a la ruta, llegando otra vez al helipuerto (puerto del Acebuche) y desandando el camino hasta El Castaño.
MAPAS DE LA RUTA
4 comentarios:
Estupendo el trabajo una ruta muy entretenida. Enhorabuena, saludos
Una ruta más apuntada!!!Al final mi libreta se me va aquedar chica jejeje
Por cierto ese pozo descubierto lo veo un poco peligroso no?
Fenomenal ruta, una mas, por este Guadalete que apenas conocíamos. Muy bien recalcar que la angostura es lugar sensible donde anida especies protegidas y escasas.
Gracias Carlos. Es cierto Jesús, la agenda se nos llena, parece que conocemos mucho de nuestra sierra pero siempre aparece alguna novedad. Por la foto podría parecer peligroso el pozo, pero realmente es un manantial, aunque tampoco indagué su profundidad. Una ruta más por el Guadalete José Manuel, y las que nos quedan.Espero que coincidamos en la próxima. Saludos. Pedro Schez.
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