viernes, 12 de agosto de 2011

RUTA "LAS CANTERAS - CERRO SAN CRISTÓBAL"

La ruta nos lleva desde Las Canteras, en la carretera Grazalema-Zahara de la Sierra, hasta la cumbre del emblemático cerro San Cristóbal. Para realizar esta ruta es imprescindible solicitar el permiso especial de la Crestería. Se conceden contadas plazas. En nuestro caso llevábamos dos temporadas de espera. Finalmente nos dan el permiso para el 11 de Junio, con muchísimo calor. Eso hizo aconsejable que nos decidiéramos sólo por este tramo lineal.

Ficha de la ruta. Click aquí.
La ruta en Wikiloc. Click aquí.

Salimos de Las Canteras, zona preparada por Medio Ambiente con cartelería, bancos, papeleras… y una caseta donde revisan el permiso. Ante nosotros la sierra de las Cumbres, prolongación de la del Pinar. A través de su ladera ascenderemos desde los 1.030 m a los 1.267 m del puerto de las Cumbres.

Con cierta monotonía, a través de un pinar de repoblación de pino pinaster, cruzaremos la zona en algo más de media hora. Encontraremos pequeños miradores como el utilizado en la foto para ver el paisaje hacia Grazalema y presa del Fresnillo. Vemos a este bello pueblo serrano encuadrado entre el nacimiento del Peñón Grande (Dcha.) y el Peñón de la Asamblea. Por el valle circula el joven Guadalete.

Estamos ya en Las Cumbres. La magnífica situación del puerto nos abre una nueva perspectiva a la vertiente contraria de ascenso. Ante nosotros el San Cristóbal, imponente y altivo restándole protagonismo al Torreón, 100 m más alto que él, pero sin su presencia e inconfundible terminación cónica de estratos inclinados. El camino, en su principio, es el mismo que lleva al Pinsapar. La vegetación más oscura nos marca la zona aproximada de ascenso, previo desvío al llegar a la altura de los canchales.

Iniciamos la parte más inclinada del ascenso (salvo el tramo final) cuando el sendero del Pinsapar se cruza con el primer canchal. Si no conocemos la zona debemos ir con cuidado porque es fácil pasarse. La subida se hace en algunos casos trepando por los  clastos sueltos y en el tramo que aparece en la foto por el borde, que es más cómodo. En esta zona se forma un torrente que da cierta humedad a la zona y permite que crezcan arces, endrinos, majuelos y algún serbal.

El horizonte NE se amplía por momentos y aparece la brecha de la Garganta Verde; sobre ella Algodonales y la sierra de Líjar. Muy en el fondo y a la izquierda la sierra de Montellano.

Superado un buen tramo de pendiente nos encontramos con dos posibilidades: acometer directamente una fuerte rampa que nos sitúa en el collado y prados, ya en la base del San Cristóbal o seguir el sendero que zigzaguea por la ladera para llegar al mismo sitio. Recomendamos la segunda opción, no por la dificultad del otro tramo, sino por la comodidad de este y sobre todo porque la meteorización de nuestras botas, en este sensible lugar, es mucho menor.

En pocos minutos estaremos ya en los prados antes comentados, donde suelen pastar los rebaños de cabras. Allí encontraremos este enorme pozo de nieve con una profundidad inusual, según hemos leído, de unos 8 metros. Uno de los laterales está semiderruido, pero el resto mantiene la piedra inicial bien colocada.

Antes de iniciar la subida debemos recorrer la zona, que presenta unos rincones y miradores incomparables, como esta ventana al Endrinal, la importante sierra vecina a la del Pinar. Empezando por abajo, reconocemos la zona del Boyar, el inicio del sendero que lleva a Las Presillas, las últimas estribaciones del Peñón Grande coronadas de pinos y las cumbres más altas del Endrinal: Reloj y Simancón. En la esquina superior derecha aparece la sierra del Caíllo.

Podremos trepar a un pequeño roquedo próximo desde el que observamos la terminación en forma de joroba del Monete (1.444 m). La pequeña atalaya en la que nos encontramos está a unos 1.460 m. En alguna otra entrada del blog hemos comentado que, visto desde el puerto del Boyar, este cerro tapa al gran San Cristóbal confundiéndose con él; de ahí ese otro apelativo de Falso San Cristóbal.

Finalmente encaramos el último tramo de nuestra ruta y estudiamos el mejor lugar para encaramarnos a la cumbre. Está claro, debemos utilizar la brecha ocasionada por un desprendimiento y los derrubios que han quedado en la base. Sin muchos problemas, siempre con cuidado por las rocas sueltas, estaremos arriba en poco tiempo.

Tras salvar unos grandes bloques, ya cerca de la cima, aparece un espectáculo grandioso: la Ventana del San Cristóbal y tras ellas el Pinsapar. El lugar es para acomodarse en cualquier roca y permanecer largos minutos observando cómo progresan los pinsapos hasta la altiva crestería y como se descuelgan los canchales hasta su misma base.

Este pequeño llano y bloques calcáreos de diversos tamaños ocupan la cima, junto a los restos de la cruz que hubo en ese lugar. Ahora es el momento de un amplio giro de 360º para impresionar retina y sensor de la cámara con el grandioso paisaje que nos circunda.

A la vista de la foto entendemos mejor el camino que nos ha traído hasta aquí: Las Canteras, toda la ladera de Las Cumbres tapizadas de pinos, el puerto (dentro del círculo) y el sendero del Pinsapar, sabiamente trazado sobre la ladera norte y, como podemos apreciar, cercano al lomo en el que culminar ambas laderas. El sendero menos transitado se dirige hacia la zona de Las Lomas y fuente del Chorrito.

Otro lugar emblemático de esta zona, complicado de visitar por la dificultad de obtener permiso, la gran cárcava, conocida como Cañada de los Azores (Alazores en algunos mapas, creemos que erróneamente) y el llano o pequeño poljé de la Viña del Moro, en la que se detienen las aguas dándole frescos y humedad, no logrando encauzarlas hacia el cercano arroyo de los Ballestero. Dentro del círculo está un enorme quejigo con 400-500 años que debería figurar en el catálogo de arboles singulares. También observamos las ruinas del cortijo del Pinzapar.

En 2006 pudimos visitar la Cañada de los Azores (localmente Agarradero); ha sido formada sobre terreno blando (margas y arcillas) por uno de los múltiples brazos del arroyo del Pinar, que una vez se une al A.ª de los Ballesteros forman el Bocaleones de la Garganta Verde. La gran masa verde no es otra cosa que el Pinsapar, a los pies de la Crestería. Lugar poco conocido e impresionante de recorrer por su interior, después de ser observado con detenimiento desde la Viña.

La fotografía, también de la visita de 2006, está tomada desde las cercanías del cortijo del Pinzapar. El pequeño grupo humano observa la Cañada de los Azores, invisibles desde aquí; dominándolo todo el Pinsapar sobre el que se yergue el San Cristóbal.

Continuamos moviéndonos hacia nuestra izquierda y encontramos los Llanos del Rabel (tradicionalmente Revés) en el centro inferior de la imagen. Observemos la amplia red de carriles que parten de él: el de arriba hacia Zahara (Dcha.) y Benamahoma (Izq.), el de abajo hacia la Cañada de los Azores y otro no visible nos llevaría al puerto de los Acebuches. Este último es el único tramo permitido con permiso. Desde siempre senderistas y ciclistas hemos reivindicado poder circular, con control por supuesto, por estos impresionantes lugares.

Abriendo el objetivo aparecen las cercanas sierras del Blanquillo (Pilar, 1294 m) y Zafalgar (Cornicabra, 1289 m); otra zona prohibida al senderista. Entre ambas existe una singular crestería por la que circula un antiguo sendero.

Mientras tratamos de cerrar el círculo nos topamos, en la cercanía, con otra crestería, la que forma la sierra del Pinar entre el San Cristóbal, Torreón y otros picos que caen hacía Benamahoma.

Esta otra foto permite apreciar mejor el gran pinsapar que ocupa las Caídas del Pinar; como vemos, algunos pinsapos logran encaramarse hasta las mismas cumbres cercanas a los 1600 m. Por abajo llegan hasta el mismo Llano del Rabel (740 m).

La gran falla del Salto del Cabrero. La parte derecha de la misma se ha deslizado hacia el corredor del Boyar, provocando una gran separación entre las dos cumbres, aprovechada por la leyenda para situar al pobre cabrero saltando desde una a la otra con su cántara de leche y sin derramar una gota.

Por el fondo de este gran valle corre el A.º Garganta. El lugar es conocido como corredor del Boyar y actúa de separación entre Pinar y Endrinal. Una vez recibe el importante aporte del Pajaruco y del gran nacimiento del Hondón pasa a ser el río Tavizna, para acabar convirtiéndose en el importante Majaceite.


Finalmente cerramos el círculo visitando visualmente otra vez la sierra del Endrinal. El marcado sendero conduce hacia el Salto del Cabrero. En el centro inferior de la foto aparece la giba del Monete.

Cuando descendemos no podemos dejar de comparar las dos ladera: la norte, la de los pinsapos, de un verde oscuro intenso por la menor insolación y las abundantes nieblas que permiten que crezca esta reliquia al sur de Europa; esta otra, la de solana, martirizada por el fuerte sol durante horas en la que solo sobreviven algunos pinos, endebles encinas y la vegetación adaptada al fuerte estiaje.

Gran ruta e imprescindible lugar para entender mejor todo el grandioso entorno que le rodea. Sin duda debe completarse con la Crestería que prometemos hacer y contar.

3 comentarios:

Ka Uno dijo...

Preciosa ruta, y exelente las fotos y las explicaciones, esta semana voy a la sierra y pedire permiso para la crestería, a ver si me lo dan, ya somos club, a ver si eso nos facilita las cosas.
Enhorabuena por la página, ya te dije personalmente una vez que haceis un gran trabajo.
Salu2
Ka

Tercer Tiempo dijo...

Saludos KA. Gracias por tus palabras. Te deseo suerte con lo del permiso. Recuerdo nuestra charla camino de Líbar la noche de las estrellas. Espero tu comentario cuando hagáis la Crestería. Si tenéis web o blog háznoslo llegar. Pedro Schez.

Unknown dijo...

Recuerdo que estuve en el llano del moro hace cosa de 30 años y entonces se podía pasar sin problemas por todo el parque, recuerdo que subiendo por un sendero muy peligroso junto a la garganta de los Alazores subiendo hacia el llano del Moro y te podías despeñar hacia abajo de la garganta y encima venían dos bueyes hacia abajo y justo cabíamos yo, mi novia y los dos bueyes, que miedo, un resbalón y podrías caer desde unos 80 mts por ahí.