jueves, 14 de marzo de 2024

Llanos del Campo a los miradores de Los Laureles, Olivillo y Berral en Benamahoma

Como en tantas ocasiones utilizamos el Área Recreativa de los Llanos del Campo para iniciar nuestra ruta, siguiendo, en principio, los indicadores de los Llanos del Berral, pero nuestra meta es otra. Pretendemos usar para salir este conocido lugar para trazar una ruta en círculo del que nos salimos, en tramos de ida y vuelta, en tres ocasiones para visitar el «Mirador de los Laureles al Boyar», el «Mirador del Olivillo» y el más conocido con hitos indicadores «Mirador del Berral». Para enlazar estos lugares usamos tramos de senderos más o menos conocidos como los que circulan por el arroyo Ahijadero, Lagunilla de los Alacranes y Llanos del Berral. Fuimos, tras registrar la sierra de Grazalema fuertes precipitaciones superiores a los 200 litros/m2. El trazado no presenta complicaciones, pero siempre nos ayudará el track, sobre todo en un tramo inicial poco usado que cruza estos encantadores lugares genéricamente conocidos como Monte o Campo de las Encinas y los Laureles. Imágenes de mayo de 2023 y marzo de 2024.

Datos: 11,13 km / Desnivel ±300 m / Marzo de 2024 / Unas 4 horas


Hemos aparcado en los Llanos del Campo he iniciamos el sendero adentrándonos en el bosque de encinas por un sendero bien trazado camino de los Lanos del Berral.

Antes de llegar a los citados llanos torcemos a la izquierda por el sedero que se intuye entre el arbolado.

Breve desvío a la derecha para visitar una antigua era transformada en helipuerto desde la que tenemos una amplia panorámica de los Llanos del Berral.

A nuestra derecha una bonita loma formada, de izquierda a derecha, por el cerro de las Peñuelas y el Albarracinejo.

Retrocedemos desde el helipuerto por donde hemos accedido e inmediatamente tomamos a la derecha siguiendo el track y una vereda poco definida. Desde este lugar partes varios caminos de cabras y es importante tomar el adecuado. De golpe aparece el monte con grandes ejemplares arbóreos, principalmente de encinas.

Hasta que no avanzamos varios centenares de metros el sendero no se define claramente; en varias ocasiones parten dos ramales que suelen acabar coincidiendo. En el punto de la imagen coronamos un suave collado, divisoria de aguas entre el arroyo Charcones y Ahijadero.

Iniciamos el descenso hacia el otro valle por un campo de aulagas, buscando la escorrentía más espaciosa para cruzarlo. Aparece el paisaje de fondo con el pico Monete y a su derecha el puerto del Boyar.

La escorrentía sigue marcando el sendero entre aulagas.

Culminamos la bajada en un llano ya cercano al Ahijadero donde prospera este bello rodal de quejigos. Desde aquí iniciamos un nuevo tramo, camino del primer mirador.

                                Quejigo singular.

Las generosas precipitaciones de marzo de 2024 le han vuelto a dar vida al arroyo Ahijadero que cruzamos aquí.

Dejamos a nuestra izquierda una cabreriza y trazando un amplio arco buscamos entre arboles de buen porte un precioso llano, ya en la zona del monte de Los Laureles, en la misma base del cerro de las Cuevas.

En uno de los laterales del llano se forman varias lagunillas que hemos llamado perezoso de Los Laureles.

Cruzado el llano del perezoso nos adentramos en un espeso y seductor bosque que algunos compañeros de senderismo han denominado «Bosque encantado de Los Laureles».

Dejando a nuestra derecha lo más tupido del bosque, y avanzamos buscando la luz y un roquedo al que trepamos con facilidad. Cuando culminamos aparece en toda su amplitud el Corredor del Boyar. Hemos llamado a este otero «Mirador de Los Laureles al Boyar». Desde aquí suele acometerse una de las subidas al cerro de las Cuevas.

Visitada esta zona retrocedemos por el mismo camino buscando volver a pasar al valle del Charcones, pero antes nos apetece bajar al cauce del Ahijadero, cuyo rumor vamos oyendo hace rato. Retrocedemos buscando…

…la conocida «Encina Acostá» y su singular tronco rasante al suelo.

Nuevo collado que separa los ya nombrados valles.

Descendemos expectantes para ver si la Lagunilla de los Alacranes ha cogido agua con motivo de las últimas lluvias. Ya antes de llegar, vemos sus cristalinas aguas…

…donde se refleja la arboleda de su entorno. La paz, la tranquilidad y el canto de las aves reina en el perezoso.

Hacemos otro tramo de ida y vuelta para visitar el «Mirador del Olivillo»; el mejor lugar para admirar el cerro de las Cuevas, sus tupidas laderas y rocosa cima.

Mirando hacia la derecha el paisaje se amplía hacia el Salto del Cabrero y conocidas sierra. Desde aquí retrocedemos hacia la lagunilla e iniciamos el descenso…

…que nos lleva a un roquedo húmedo y cubierto de musgos donde en contadas ocasiones brota un manantial que aporta sus aguas al Charcones.

Cruzamos de lado a lado los Llanos del Berral…

…y por un amplio carril, señalizado como sendero oficial, avanzamos buscando el tercer mirador de la ruta.

Una angarilla y un paso lateral nos permite progresar en claro descenso hacia el «Mirador del Berral».

Desde él vemos casi todo el cordal de la sierra de la Silla y muy centrado en la imagen el cerro sobre el que se asienta el castillo de Aznalmara a 540 m de altitud. En el fondo el valle del Tavizna.

Esta fortaleza nazarí del siglo XIII jugó un papel importante en la defensa del dominio musulmán comprendida entre Benaocaz y Arcos de la Frontera. Fue en el año 1485 cuando cae en manos del poder cristiano, concretamente del marqués de Cádiz.

Durante parte del sendero vimos bastantes peonías con los botones florales a punto de desplegar la flor, lo que llama la atención por ser mucho más metida la primavera cuando suelen florecer.

© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación Grupo de Senderismo El Tercer Tiempo

No hay comentarios: