El
objetivo de la ruta es llegar desde la carretera de Prado del Rey-Zahara,
cuando esta se cruza con el arroyo del Parralejo, hasta el Pozo-Aljibe y
cortijo de los Albarranes, conociendo la garganta de este pequeño arroyo, visitar
el toril de la Breña, transitar por la colada de la Breña, acercándonos hasta
en cinco ocasiones a impresionantes miradores a la Garganta Seca, conocer un
tramo complejo que comento después y acabar en Los Albarranes, a las puertas de
esa famosa cancela que daría paso a la finca de la Breña del Agua y a
Benamahoma. El regreso es mucho más cómodo, usando la pista forestal y el
sendero paralelo al arroyo Parralejo.
Demandamos,
si alguien se aventura por la zona usando nuestro track, nos comente posibles
mejoras. Insistimos que solo senderistas conocedores del entorno, que sepan
orientarse ante un fallo del GPS y tomen las medidas adecuadas del momento,
evitando factores meteorológicos adversos, deben cruzar estos parajes.
IMPORTANTE.
La ruta incluye un tramo (ver en Wikiloc desde el Waypoint 25-Cancela-Mirador,
hasta el W-32-Pista forestal) de 2,8 km, sin sendero marcado, por lo que fuimos
buscando caminos de cabras; hay una gran presión de la vegetación, para
senderistas acostumbrados se puede hacer sin grandes problemas. Es posible que
existan alternativas mejores que esperamos se den a conocer. Fecha de
realización: febrero de 2020.
La
ruta se inicia en este carril que sale de la carretera que une Prado del Rey
con Zahara. Hay hueco para pocos coches, procurando siempre no entorpecer el
tránsito.
Mucho
cuidado con estos desprendimientos, que además pueden ir a peor.
Pilar
del Parralejo. Hoy abandonado, captaba el agua para uso rural de manantiales y
aguas bajo el cauce del arroyo.
Cruzaremos
el arroyo en varias ocasiones (siempre seco, salvo tras periodos lluviosos).
Pero en algún momento nos llamará la atención el sonido del agua que aflora y
se manifiesta en pequeñas cascadas.
Punto
clave para desviarnos a la izquierda. Esta hilera de rocas puede ayudarnos a
encontrar el lugar. Aquí se inicia una respetable subida por senderos poco
marcados.
Tras
pelearnos con las aulagas, llegamos a este claro en el bosque donde apreciamos
se forma un perezoso (lagunilla estacional). En sus cercanías un buen
revolcadero de jabalíes.
Pilar de la Breña. Buen lugar para
un primer descanso en la subida que nos saca de la garganta del Parralejo. Al
fondo el Peñón de los Toros.
Tras
la gran fuente encontramos otra mucho más pequeña rodeada de una alambrada y
conectada a unos bombos de agua que vimos más arriba, junto a otra fuente
similar. Nos comentaros que son conocidas como fuentes de los Corzos.
La
vereda de subida se transforma en un carril que desemboca en esta pista
forestal (Zahara-Benamahoma). Estamos en el Puerto de la Breña.
Tras
cruzar la pista buscamos el sendero que se ve en la imagen siguiente, pero
antes una mirada atrás para recrearnos en el lugar: a la izquierda un
rectángulo hormigonado para despiece de caza mayor, enfrente un helipuerto y al
fondo el cerro Carraolo, que ya conocimos en una ruta anterior (Enlace).
Inicio
de un nuevo tramo en busca de la colada de la Breña. El camino se sigue bien,
aunque pueden despistar infinidad de veredas de cabra que salen a cada paso.
Por
intuición nos apartamos un poco del camino y localizamos un mirador que nos
proporciona una amplia panorámica: sierra de Líjar, tramo final de la Garganta
Seca, Zahara, sierra de El Gastor…
Retomamos
el sendero en busca de «dos plazas de toros» que nos habían comentado. Ya las
teníamos localizadas con un waypoint y efectivamente, ahí están.
Entramos,
como si fuéramos reses, por un gran embudo y localizamos el primer «ruedo». Se
trata del toril de la Breña, usado como encierro provisional por los ganaderos para
clasificar, vacunar, separar… su ganado. Aprovechando la infraestructura, a veces
fueron usados como simples corraletas para meter ganado de porte menor.
Como
vemos en la imagen un gran «embudo» conduce a los animales a la primera
corrala, más grande, y de ahí, una vez hecha las actuaciones oportunas, a la
segunda, con otra puerta de salida que veremos al regreso. La intuición y la
preparación previa nos hacen suponer que, siguiendo un torrente, encontraremos
un lugar interesante.
Y
así es. Saliéndonos del cauce de la arroyada, nos elevamos hasta un mirador a
la Garganta Seca que nos queda sin palabras. Los que visiten el lugar
descubrirán sus encantos.
Nos
asomamos a las profundidades de la gran quebradura y nos llama la atención una
formación que nos trae un recuerdo de una antigua visita “permitida” a la
Garganta Seca. Efectivamente, se trata de una gran seta rocosa…
…que
ya habíamos visto en aquella visita. En esa otra ocasión muy cerca y con otra perspectiva.
Retomamos
el camino y volvemos a cruzar el toril para seguir el track que habíamos
preparado manualmente siguiendo la colada de la Breña transformada en
cortafuego.
Pronto
la encontramos y transitamos por ella con gran comodidad, como vemos en la
imagen, por esta muy limpia.
Este
punto es importante. Las piedras parece que señalan un antiguo alfanje o
carbonera en esta zona de la Breña Chica. Justo a su izquierda, hemos visto en
un mapa un punteo señalando un sendero. Cuesta encontrarlo pero efectivamente,
aunque muy cerrado, ahí está,…
…y
nos permite circular por él sin demasiado agobio por la vegetación que lo está
cubriendo progresivamente. Algún cartucho nos hace suponer que se mantiene por
el tránsito de cazadores.
Nos
preguntamos dónde llevaría esta vereda. Creemos encontrar la respuesta en estas
ruinas, posible choza y redil de pastores.
Tras
alguna trepada no demasiado complicada aparece a nuestros pies, de forma brusca
y emocionante un escarpe casi vertical. Unas cabras monteses corren a
esconderse en la espesura del fondo del valle. La imagen no se aproxima, ni por
asomo, a la espectacularidad del lugar.
Pasamos
un buen rato en el lugar aislados del mundo, solo a lo lejos aparece la
civilización representada por Algodonales. Seguimos trepando, cruzamos una
angarilla y encontramos el cortafuego esperado.
Si
creíamos que el anterior mirador era «el no va más», este otro, a dos pasos de
la angarilla le gana, porque nos permite ver los surcos dejados por la cabecera
de la Garganta Seca: arroyo que sube (a la izq.) entre el cerro de la
Cornicabra y el del Pilar; el arroyo del Marrueco (en el centro) y la Garganta
de la Laja.
Una
segunda toma centrándonos más en las buitreras con tonos anaranjados.
Hasta aquí hemos llegado sin problema (ya habíamos
hecho un par de visitas a la zona para ir confirmando senderos), pero decidimos
tratar de enlazar con el cortijo y aljibe de los Albarranes por este angosto
terreno. Seguimos alguna recomendación de un cabrero de la zona y llevamos en
el GPS un track manual de referencia, evitando los altozanos rocosos y la
vegetación más apretada. Orientados por el GPS fuimos siguiendo senderos de
cabras entre una vegetación muy espesa, avanzando y retrocediendo sin estar
seguros de seguir mejor camino. Sin referencias de cerros fuimos avanzando con
continuas rectificaciones.
En
medio del monte bajo (aunque de gran altura) localizamos esta gran encina
salvada del indudable carboneo histórico que acabó con el monte mediterráneo en
la finca de los Albarranes, donde estamos, y en otras muchas.
Otro
hito es este revolcadero (posiblemente de jabalíes) con incursión de otros
animales atraídos por el rezume de agua.
Los
primeros 2 km se hacen largos (tardamos en cruzarlos 1:20 h), pero satisfechos
de una naturaleza virgen y de un silencio solo roto por algún aleteo y poco
más.
Por
fin la cerrada vegetación parece ceder, aparecen más encinas y algún llano como
este que aprovechamos para descansar. Solo nos queda bordear un cerrete rocoso
por la derecha, seguir por veredas de cabras, cruzar algún barranco e
incorporarnos a la pista forestal (la misma que cruzamos en el puerto de la
Breña), transitar por ellas hasta…
…llegar
al gran pozo-aljibe de los Albarranes, situado ya relativamente cerca de Sierra
Margarita. Catalogación.
Desde
aquí vemos y fotografiamos a lo lejos la famosa cancela cerrada a cal y canto
(aunque curiosamente «prohíbe el paso a los ciclistas», nada más). Al otro lado
la ganadería brava disuade de cruzarla.
Iniciamos
el regreso pasando por el cortijo de los Albarranes.
Desde
el cortijo podemos regresar a la pista y avanzar con rapidez por ella o campo a
través enlazar como se aprecia en el track, adelantando algo y evitando la monotonía
del gran carril. Finalmente llegamos a esta cancela (imagen tras cruzarla)
donde torceremos a la derecha buscando el cortijo del Peñón de los Toros.
Antes
localizamos un pequeño alcornocal, aclimatado a este terreno impropio para su
especie, seguramente facilitado por algún cambio en la composición del terreno.
Desde
la cancela iniciamos una fuerte bajada porque nos estamos adentrando nuevamente
en la garganta del Parralejo. Llegamos sin contratiempo a lo que fue un gran
cortijo, el del Peñón de los Toros, ya visitado en otras ocasión desde otro
lugar. Enlace. Desde él retrocedemos
buscando una bajada hacia el Parralejo, que pronto encontramos.
En
este punto cruzamos el arroyo, una cancela y tomamos un sendero muy agradable
siempre paralelo al cauce y bastante limpio a fecha de realización de la ruta.
La
imagen resulta un poco confusa pero se trata un abrigo relativamente profundo y
alargado.
Ya
con ganas de llegar, avanzamos deprisa, tras más de siete horas de camino,
quizá no apreciando convenientemente la belleza de esta tramo, hundidos en un
profundo valle. Poco antes de alcanzar nuevamente la pista forestal y cruzarla,
para seguir el sendero, debemos traspasar esta angarilla.
Una
última instantánea para apreciar esta profunda garganta con laderas de
increíble inclinación y dar fin a esta impresionante ruta. En el último tramo
repetiremos camino hasta llegar al parking.
Mapa
de la ruta (sólo del tramo circular) sobre cartografía del IGN
©
del texto y las imágenes Pedro Sánchez Gil.
©
de la publicación Grupo
de Senderismo el Tercer Tiempo.
5 comentarios:
Estupenda ruta, para nosotros por una zona poco conocida y estamos deseando recorrer, muchas gracias por compartir bonitos conocimientos. Saludos desde San Fernando.
Espectacular ruta, espectacular sitio. ya dos veces que he transitado por esta parte de la sierra y es una gran desconocida. Tomare nota Pedro
Saludos Carlos, saludos Manuel. Gracias por vuestros comentarios. Seguro que en esas próximas visitas y dada vuestra experiencia lograréis mejorarla de lo cual nos beneficiaremos todos. Pedro Sánchez, por el Tercer Tiempo.
Estupenda ruta Pedro... y dura. HAce ya muchos años, cuando se podía transitar sin problemas por el Puerto de la Breña, hacíamos una circular desde el Puente de los Palominos hasta El Perezoso... y bajábamos por la Garganta Seca... Locuras de juventud... Por la Garganta Seca (ahora prohibida) trazamos también una ruta que figura en la Guía Naturalista de la Sierra Norte. Allí se conservaba un antiguo rancho "Majá Conejos" colgado sobre la Garganta Seca... y ejemplares sueltos de almeces, tan raros de ver por la Sierra. Ganas de monte ya!!!
Saludos Agustín. Conozco "Majá Conejos", aunque yo la tengo catalogada como "Casa Mataconejos" (¿otro de los muchos errores al transcribir nombres?). En un permiso que nos concedieron para la Garganta Verde "nos equivocamos" y nos metimos en la Garganta Seca. Conocí el primer tramo de este maravilloso lugar y la casa aún habitada. Volví por allí en mayo de 2019, está bien cuidada pero ya sin uso.
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