Bonita ruta circular de 12 km la que hemos realizado por el vaso libre de aguas del embalse de Bornos, con este a un 8 % de su capacidad. Hemos seguido la ribera del embalse desde la ría que forma el arroyo Alberite hasta la del arroyo del Convento, que es donde suelen estas los flamencos. Adentrándonos hasta donde la blandura del fondo de limos lo permitían (¡sumo cuidado y precaución!) hemos podido localizar antiguos ranchos, yacimientos que están siendo catalogados, ruinas y alineaciones indeterminadas, poblaciones de cormoranes, gansos, flamencos, patos, cigüeñuelas… y acercarnos a unos 300 m del cauce primitivo del Guadalete. De regreso nos ha sorprendido el estado lastimoso de la que fue una gran cortijada llamada Casa Blanquilla. Esperemos que regresen las lluvias y todas estas afloraciones vuelvan al reposo de la profundidad de las aguas del pantano durante largos años.
Nota 1. Planificar esta ruta solo con el embalse muy bajo en su capacidad y con tiempo seco.
Nota 2. El regreso del W18 al W19 lo hicimos por una linde con el cultivo ya recolectado, si el terreno estuviera sembrado deberíamos hacerlo siguiendo el camino de La Borracha (W20 al W03). Ver ruta en Wikiloc.
Datos. Distancia: 12 km / Desnivel: ±83 m / Circular / Octubre 2023
El acceso al comienzo de la ruta podemos hacerlo desde la localidad de Villamartín. De una alargada rotonda que separa la avenida de Arcos de la calle Rosario sale la carretera del Marcegoso (también conocida como de la Borracha). Al principio está asfaltada y después de tierra.
Al final de la misma y tras dejar algún rancho a ambos lados llegamos a dos grandes caseríos, llamado cortijo de Alperchite. El de la imagen es el antiguo. Se trata de un gran centro agrícola y ganadero en el término municipal de Arcos de la Frontera. Podemos dejar en su entorno el coche comunicándoselo a la propiedad.
Siguiendo el camino de la Borracha bajamos una cuestecilla que nos sitúa en el valle del arroyo Alberite, que puede llevar agua y complicarnos su cruce. Hay una pequeña pasarela que nos puede ayudar, pero solo con el arroyo escaso de caudal.
Abandonamos el camino oficial para adentrarnos en lo que sería ya vaso del embalse. Ya hemos insistido al principio que esta ruta solo es factible con el embalse muy bajo de capacidad. Cruzamos un eucaliptal pasando algunas angarillas, ayudados por el track ya que es fácil tomas senderos equivocados.
Llegamos a una alambrada en teoría electrificada que cruzaremos desenganchando la maneta correspondiente y volviéndola a colocar. Estas vallas suelen ser movidas por los ganaderos, por lo que podría no estar.
Veremos, pero no cruzaremos este antiguo pontón sobre el arroyo Alberite, habitualmente bajo las aguas del pantano.
Usando senderos o simplemente campo a través iremos bordeando la pequeña ría muy húmeda (incluso en verano o tras meses de sequía) que forma la desembocadura de nuestro arroyo que vamos siguiendo. Desde lejos fotografiamos estas ruinas del rancho de Melero.
Buscando la orilla del embalse cruzó ante nosotros una bandada de cormoranes, aves abundantes en este humedal que forma el lago de Bornos.
En nuestro intento de acercarnos lo más posible al curso del Guadalete localizamos estas alineaciones en el suelo con todo el aspecto de algún tipo de yacimiento.
La estrecha línea de agua más lejana a nuestra cámara de fotos es el Guadalete y esta otra más cercana un brazo separado del mismo. La blandura del lodo nos impidió acercarnos más.
Los lodos que van quedando alejados de las aguas se secan y se cuartean en interminables formas poligonales. Son muy peligrosos si avanzas sobre ellos en dirección a las aguas. A pocos centímetros de las grietas están muy húmedos y te hundes con facilidad.
Seguimos paralelos a las aguas en un terreno menos agrietado y seguro por presentar inclinación, con más flamencos y una bonita perspectiva de Bornos al fondo.
Iniciamos el alejamiento del embalse buscando el cerro de la Mina, poblado de eucaliptos, aunque antes ya aparecen alineaciones de tarajes.
Amplia perspectiva tomada desde la sombra de los eucaliptos que pueblan el cerro de la Mina, desde donde vemos el breve embalse y Bornos en la ladera de la sierra del Calvario.
La parte más iluminada y llana se corresponde con la ría que forma la desembocadura del arroyo del Convento. Nosotros abandonamos la ribera del embalse por esta pinaleta…
Nos quedamos en lo que fue el gran portalón de entrada al patio que servía de distribuidor a las distintas dependencias: casa del propietario, del guarda, bodega, almacenes, gañanías…
Desde el cortijo tomamos un amplio carril que coincide con la colada de Ronda, vía pecuaria que abandonamos para iniciar el camino de regreso por una linde entre parcelas, acortando el trayecto por estar la cosecha ya recogida. Después nos introdujimos a través de un eucaliptal sin sendero. Nuevamente encontramos la alambrada electrificada que bordearemos por la derecha sin tener que cruzarla.
El regreso alternativo, si el sendero de la linde está sembrado, deseamos alargar un kilómetro la ruta o hacerlo por una vía pecuaria, avanzaremos hasta encontrar el camino de la Borracha que nos llevará hasta Alperchite. (Alternativa señalada en el track).
© de texto y las imágenes, Pedro Sánchez Gil.
© de la publicación Senderismo El Tercer Tiempo