domingo, 24 de abril de 2022

Por la colada de El Bosque y la cañada de Los Puertos a Ronda

Ruta diseñada para aprovechar tramos de las dos vías pecuarias que le dan título y, además, su gran belleza en primavera, aunque cualquier época del año (excepto verano) es agradable pasear por estos lugares cargados de historia pecuaria, tradición ganadera que se mantiene en la actualidad con varias cabrerizas y majadas. Un tercer objetivo era localizar y visitar las cuevas de Garabaquín, sitio con registro arqueológico medieval/andalusí de época seguramente califa/taifa; topónimo con el claro prefijo árabe «Gar = Cueva». Usamos como puntos de inicio y llegada la CA-8102 (Prado del Rey-Zahara), separados entre sí unos 4,5 km, por lo que implica planificar antes el tema de los coches. Nosotros salimos superado el km 7 (rancho de Comares) y llegamos al km 11,5 (rancho de Las Casas). Las dos vías son muy agradables de caminar, debiendo tenerse muy en cuentas los periodos de lluvias abundantes que enfangan determinadas zonas y el cruce de los numerosos arroyos. Para el último enlace con la carretera utilizamos la vereda de Madrigueras, todos caminos públicos perfectamente transitables.

Datos: 10 km / Desniveles: +114 -54 m / Primavera de 2022 / Fácil

Laruta en Wikiloc

 

Iniciamos la ruta frente al cortijo de Comares. La angarilla de la imagen nos da paso al carril a seguir. Hay aparcamiento para 6-8 coches.

Precioso inicio de nuestra ruta. Tras las lluvias de marzo de 2022 la floración ha sido espectacular. Estamos dentro del término municipal de Zahara y en el mismo límite del Parque Natural Sierra de Grazalema.

El camino baja buscando el cruce del primer arroyo. Lugar sombrío y húmedo.

A nuestra izquierda nos acompañará todo el sendero el arroyo del Chorreadero, procedente de la ladera de sierra Margarita, que según los mapas pasará a ser después de Comares y por último río Sarracín, desembocando en el Guadalete en Villamartín, localmente como río Chico.

Pasado el cortijo del Llano del Fresno el carril está mucho más transitado y pudimos observar que se respeta la anchura de la colada. Cruce de un nuevo arroyo intermitente tributario del Chorreadero.

Si volvemos la vista atrás veremos como despunta sierra Margarita. Poco después de este pequeño puerto que se forma pasaremos al término de Algodonales; bordeando, entrando o saliendo del Parque.

Pronto encontraremos a nuestra derecha la cañada de los Puertos, por donde debemos tomar, pero para alargar un poco el paseo avanzamos por ella unos 400 m hasta encontrarnos con un puente sobre nuestro arroyo acompañante.

Ya de regreso por la cañada que se dirige a Zahara y Ronda, debemos cruzar por primera vez el arroyo de Las Casas, nuestro nuevo acompañante. Cuidado, que puede coger momentáneamente mucha agua.

A medida que avanzamos desaparecen los campos de cultivo y aumenta la flora con vegetación mediterránea dominada por grandes quejigos.

Tras cruzar una angarilla, que solo suele estar atada con un cordel, nos acercamos a la fuente del Cebollar. Por allí suelen agruparse las cabras de una gran cabreriza cercana. En su momento fue catalogada en Conoce tus Fuentes por nuestro amigo José Manuel Amarillo. Enlace.

Segundo cruce del arroyo de Las Casas.

 

Además de montar la ruta, hacerla accesible y publicarla en nuestro blog, tratábamos de localizar las denominadas cuevas de Garabaquín, que aparece en bastantes mapas antiguos, y de la que ya habló José M. Amarillo en 2012 en su blog Naturaleza, Sitios y Gentes, concretamente en la entrada titulada «La cueva de Garabaquín… o como cualquier excusa es buena para salir al monte». Contactamos con él y amablemente nos facilitó la antigua publicación. Tomadas las oportunas referencias de los mapas y vistas de Google Earth iniciamos la compleja búsqueda entre los cerros candidatos.

Con bastante dificultad, agobiados por las alambradas y la espesa vegetación pateamos la zona hasta que la suerte nos situó frente a este roquedo, bajo el cual se abría la boca de un pequeño abrigo, de unos 4 m de anchura y poco menos de profundidad, con claros signos de ocupación anterior por las cenizas y las paredes ennegrecidas por el humo. La impresión es de haber sido un refugio pasajero de la cercana cañada de los Puertos a Ronda que limita el entorno agreste por un lado y el pequeño regato de Comares (otro Comares) por otro. Aunque algunos lugareños nos hablaron de leyendas sobre un bandolero o maqui llamado Garabaquín que se refugiaba aquí, no hemos hallado ninguna referencia; además, su pequeñez no permite aventurar este como un lugar para ocultarse de forma permanente, sí lo recóndito del cerro para ocultarse temporalmente o salvar un aguacero.

Imagen más cercana con clara observación del techo ennegrecido e indicios de tierra muy suelta que hacen pensar en una profundidad y capacidad anterior mayor. Puestos a investigar encontramos varias referencias que nos confirman su importancia y antigüedad. Así, en el libro A los pies de Matrera podemos leer: «Hay que señalar la existencia de un pequeño arroyo llamado también de Comares, que es el que citan autores como tributario del de Las Casas, junto al de La Dehesa y Zarza. En un testimonio de 1863 [Expediente practicado por el duque de Osuna por un pleito de términos con Zahara], aparece nombrado como arroyo Garabaquín por la cueva del mismo nombre situada en su desembocadura».

Vista hacia el cerro gemelo desde su interior. Siguiendo con las referencias, en el artículo de congreso «El periodo omeya entre Šidūna y Tākurunnā. Una aproximación arqueológica. Poblamiento de cuevas», se expone lo siguiente: «En el entorno de la Villa de Zahara, se citan otras áreas de residencia, todas ellas de tamaño reducido, que ocupan cuevas o covachas o bien se disponen en su entorno próximo. Este es el caso de las Cuevas de Garabaquín, entre el término municipal de Algodonales y el de Zahara, que ocupa dos promontorios ceñidos por un arroyo [el otro Comares], tributario del de Las Casas, y por la Cañada Real de Los Puertos a Ronda. En el más occidental se encuentra el pequeño abrigo de Garabaquín, en el que no hemos observado restos, mientras que, en el oriental, documentamos una pequeña dispersión de material constructivo (tejas decoradas con digitaciones) y cerámica de cocina indeterminada a mano, probablemente marmitas, y algunos fragmentos de jarritas/os con pastas más depuradas y facturas a torno».

Tras localizar Garabaquín I, buscamos el segundo abrigo, sin referencia alguna, por ambos cerros gemelos. La subida a sus cumbres nos permitió tener esta magnífica panorámica del trazado de la cañada, del grupo de singulares quejigos que veremos en fotos posteriores y en la culminación del horizonte la sierra de El Gastor, despuntando el Algarín y las Grajas.

Si no hay una tercera cueva, pensamos que este es el segundo abrigo de Garabaquín, algo más ancho que el anterior (unos 5 m) pero muy colmatado por la tierra acarreada desde arriba por escorrentías y posibles derrumbes. El cabrero nos aseguró que él, de niño, cuando estaba más limpia la boca, había entrado unos 10 m.

Nos aproximamos y vimos claramente como se estrechaba y profundizaba el orificio de entrada. Observamos abundante osamenta, muy posiblemente resto de la cabra muerta que encontró José M. Amarillo en su visita de 2012. También parece posible otra argumentación de nuestro amable cabrero (lamentamos no haberle preguntado su nombre) al indicarnos que había visto entrar y salir murciélagos de ella.

Retomamos el sendero y entramos en el tramo más bonito de la cañada: lirios, viejos esqueletos de quejigos que ya culminaron su ciclo vital, …

…campos adehesados salpicados de encinas y de viejos olivos, …

…más quejigos con la nueva y brillante hoja primaveral, …

…rincones de umbría que invitan al descanso y a disfrutar de los olores de la primavera, …

…pequeños bosquetes con ejemplares singulares por su porte, …

…como este bajo el que pasan los compañeros.

A nuestra izquierda dominan más los cerros, algunos de ellos rocosos como el del Acebuchoso que hemos dejado atrás, olivos o acebuches y encinas y más cabras dueñas de este hermoso y florido prado, cuya leche seguramente sabrá a miel.

Cruce del arroyo de la Zarza. Dispone de una pasadera a la izquierda.

Pequeño manantial abandonado en una zona encharcada que en su momento trataron de proteger con un sencillo brocal para darle forma de pozo manante, hoy día casi colmatado por las escorrentías.

Último de los regatos que debemos cruzar, el de la Dehesa. Tras él, por donde van los amigos senderistas, la cañada asfaltada. A la izquierda va hacia la pedanía de Madrigueras.

Avanzamos unos 700 m por la carreterilla, aunque sigue siendo cañada, y la tarde nublada libera un rayo de luz que incide fastuoso sobre el peñón Algarín. Poco después torceremos a la derecha, abandonando la cañada y entrando en la vereda de Madrigueras.

En lo que pudo ser un descansadero nos encontramos este gran pilar totalmente seco por faltarle comunicación con el manantial situado más arriba. Vemos el deterioro de los pilones más pequeños, aunque el frontispicio permanece en estado aceptable. Nos informan que se conocía como pilar de la Dehesa, al igual que el arroyo cercano.

El caprichoso rayo de luz abandonó la sierra de El Gastor y corrió a iluminar el bellísimo pueblo de Zahara y parte de la peña, dejando sombrío a la torre del homenaje de su castillo.

Fin del recorrido, estamos nuevamente en la carretera local Prado-Zahara. Las últimas luces del atardecer dan este tono singular a los campos de cereales. Al fondo la sierra de Líjar, acomodado en su ladera baja Algodonales.

Ruta para recrearse en ella, hacer cuantas paradas estimemos oportunas y charlar con los pastores y cabreros, siempre con cuidado de los perros que cuidan del ganado.

 

Agradecimientos

José Manuel Amarillo, del blog Naturaleza, Sitios y Gentes.

José María Gutiérrez López.

A nuestro amable cabrero que nos aportó importante información.

 

Bibliografía

GUTIÉRREZ LÓPEZ, J. M. y MARTÍNEZ ENAMORADO, V. A los pies de Matrera (Villamartín, Cádiz): un estudio arqueológico del oriente de Šid̲ūna. Ayuntamiento de Villamartín, 2015.

GURIÉRREZ LÓPEZ, J.M e IGLESIAS GARCÍA, L. El periodo omeya entre Šidūna y Tākurunnā. Una aproximación arqueológica. Artículo de congreso.

 

© del texto e imágenes, Pedro Sánchez Gil.

© de la publicación «Blog de senderismo El Tercer Tiempo».

1 comentario:

Jose dijo...

Magnífico trabajo, para disfrutarlo visualmente como se puede hacer por sus excelentes fotografías.
No es lo mismo verlo aquí que en la realidad pero agradezco la oportunidad de poderlo conocer desde mi sillón.
Gracias senderistas
maese (José Luis Sánchez)